100 Aniversario de la Internacional Comunista: la lucha por el socialismo y la paz continúa

Contribución del Partido Comunista de México al 21 EIPCO, realizado en Izmir Turquía.

Camaradas:

En primer lugar agradecemos al Partido Comunista de Turquía y al Partido Comunista de Grecia por la coorganización de este 21 Encuentro Internacional de los Partidos Comunistas y Obreros, dedicado a la reflexión sobre el centenario de la Internacional Comunista.

La Gran Revolución Socialista de Octubre, generó una gran inspiración entre los trabajadores del Mundo acerca de construir una nueva sociedad sin capitalistas y sin explotación, lo que reforzado por la Conferencia Comunista que creo la III Internacional en Marzo de 1919, desató en México la actividad para construir el partido de la clase obrera, el Partido Comunista, con el Congreso Socialista de 1919, la formación de las primeras organizaciones comunistas ese año y que se desarrollarán hasta convertirse en el Partido Comunista de México, Sección de la Internacional Comunista en el Primer Congreso de Diciembre de 1921. Por esa razón junto con el centenario de la Internacional Comunista estamos conmemorando este Noviembre el centenario del movimiento comunista en México.

La clase obrera de México está en deuda permanente con la Internacional Comunista por la decisiva contribución para la formación de su Partido Comunista. La Internacional Comunista universalizó la teoría marxista, enriquecida por el leninismo, y universalizó la teoría del partido de nuevo tipo, dando además pasos concretos para que estos se formaran en la mayoría de todos los países de todos los Continentes. El salto de calidad en la lucha de clases fue notable.

La actividad de la III Internacional es una fuente inagotable de lecciones para el movimiento obrero y comunista contemporáneo y su estudio una tarea imprescindible para cada partido comunista. En nuestro caso llevamos algunos años con el estudio sistemático que nos presenta conclusiones que ponen en cuestión algunas versiones históricas circuladas después de 1956.

Primero: en cuanto al funcionamiento, algo muy negativo de la historiografía anticomunista, y que fue replicado por el revisionismo al interior del movimiento comunista internacional es el de que la III Internacional tomaba las decisiones en un centro alejado de la realidad de sus secciones. La verdad refuta esa burda deformación los Congresos, el Comité Ejecutivo, el Pequeño Comité, las comisiones por sección y en las propias secciones se daban discusiones francas, democráticas, con base en la metodología marxista-leninista del análisis concreto de la realidad concreta, tomando en cuenta los intereses del proletariado, de los pueblos oprimidos, de la construcción socialista, de la lealtad a los criterios clasistas y al internacionalismo proletario. Hay muchas pruebas de profundidad de las discusiones, de la seriedad y de la responsabilidad, así como de las conclusiones y las resoluciones. Así que es intolerable tal calumnia.

Segundo: Es una imprecisión y una deformación presentar todo lo anterior al VII Congreso de 1935 como sectario, aislado de las masas, y dogmático. En la experiencia concreta de la sección mexicana de la Internacional Comunista en los periodos que van del V y VI Congreso a 1935 el PCM se transformó en un fuerte partido, que aún en clandestinidad llegó a dirigir al movimiento obrero y campesino, que emergió a la vida pública con gran influencia en las masas proletarias, con un periódico con decenas de miles de lectores –el histórico El Machete-; por el contrario la línea del Frente Popular generó grandes problemas, independientemente de que se contribuyó muy bien a las tareas contra el fascismo; pero la alianza con la burguesía y la socialdemocracia resquebrajó la identidad del PCM y abrió una crisis orgánica de varias décadas de duración. No compartimos la idea de que el frente con la socialdemocracia y con la burguesía es el escalón más alto de la elaboración estratégica del movimiento comunista internacional, y proyectada históricamente alejó a los partidos comunistas de sus objetivos, los disgregó, contribuyó a la liquidación de algunos, y en alguna medida los asemejó a la socialdemocracia de la II Internacional cuya crítica llevó a la fundación de la Internacional Comunista.

Camaradas:

Seguramente todos los partidos comunistas coincidimos en valorar la importancia de la gloriosa Internacional Comunista, y sin embargo existe una opinión que da un peso mayor a las especificidades y particularidades de la lucha de clases, que a las regularidades y leyes generales, que se pronuncia contra una estrategia común, pero que sin embargo tiene una estrategia común de llamadas vías nacionales con similares características, sustentadas en una etapa intermedia entre el capitalismo y el socialismo. Después de más de 60 años no hay un solo ejemplo de su viabilidad. En el PCM consideramos que la elaboración de una estrategia revolucionaria unificada es una necesidad del movimiento comunista contemporáneo, tomando en cuenta los desenvolvimientos del imperialismo, los peligros de la guerra, los límites históricos del capitalismo ya sumiendo al planeta en la barbarie, el antagonismo capital/trabajo, y la propia experiencia de la construcción socialista. Trabajamos para ella.

Camaradas:

Leales al internacionalismo proletario y al ejemplo de la Internacional Comunista, queremos reiterar nuestra solidaridad los partidos comunistas y obreros de Europa que enfrentan el anticomunismo de la Unión Europea, a los pueblos que enfrentan la agresión imperialista de la UE, EEUU y la OTAN; a la Revolución Cubana que enfrenta una mayor agresividad de la administración Trump y en general del imperialismo, lo mismo que el pueblo de Venezuela. Alzamos nuestra voz por la cuestión migrante, asunto que debe ser abordado por los partidos comunistas que tenemos que encontrar una intervención común en ese importante sector de la clase obrera internacional.

Finalmente, y reiterando que el movimiento comunista en nuestro país estará cumpliendo cien años en unas semanas, en medio de una lucha por los derechos políticos y electorales para la clase obrera y los comunistas de México, en aguda confrontación con el T-MEC, la política antiinmigrante, la desvalorización del trabajo, la Guardia nacional y otras medidas antiobreras y antipopulares del gobierno socialdemócrata de Obrador, el Partido Comunista de México manifiesta su inalterable convicción de trabajar en nuestro país por el socialismo, solución a los grandes problemas de la clase obrera y del pueblo de nuestro país.

¡Proletarios de todos los países, uníos!