El pasado 11 de enero Estados Unidos decidió, una vez más, de manera unilateral incorporar a Cuba a la lista de países patrocinadores del terrorismo, en la que también se encuentran Corea del Norte, Irán y Siria. La primera vez que Cuba ingresó a la lista fue en 1980 permaneciendo en ella hasta el 2015, año en el que se reanudaron las relaciones diplomáticas con Estados Unidos durante el gobierno de Barack Obama.

Esta decisión se enmarca en las medidas implementadas por el gobierno de Donald Trump que han recrudecido las sanciones económicas hacia Cuba y desmantelado el conjunto de políticas de entendimiento entre ambas naciones, con graves impactos en el pueblo cubano, pues el ingreso de Cuba a la lista de países que financian y promueven el terrorismo implica la imposibilidad de acceder a financiamiento de organismos financieros internacionales y multilaterales, al tiempo que se constituye en importante disuasivo para los gobiernos y las empresas que deseen comercializar con Cuba pues, las aseguradoras podrán suspender la cobertura de las transacciones y las operaciones con la isla, aumentando el escrutinio en las operaciones internacionales que realice Cuba, esto en el marco del complejo escenario derivado de la crisis general del modo de producción capitalista agudizada por la pandemia, dificultando aún más el acceso a insumos requeridos por parte de la isla para hacer frente a la emergencia sanitaria.

Históricamente, Estados Unidos ha intentado socavar el derecho del pueblo cubano a la autodeterminación, primero con operaciones terroristas dentro del territorio cubano, como la explosión del vuelo de Cubana de aviación, la introducción del dengue hemorrágico, el incendio de los cañaverales, el financiamiento de actividades terroristas como la invasión a Playa Girón,  el criminal bloqueo impuesto sobre Cuba y la ocupación de territorio cubano en Guantánamo para establecer un centro de tortura internacional,  con la clara intención no sólo de asfixiar y enterrar el proceso cubano sino de aleccionar a quienes deseen transitar hacia una sociedad diferente a la capitalista.

La humanidad no ha conocido un Estado más criminal y violador de los Derechos Humanos que el Estado norteamericano, quien amparado en el discurso antiterrorista ha invadido, saqueado, asesinado y financiado golpes de Estado y gobiernos totalitarios en todo el mundo, en particular en América Latina.

¡Condenamos enérgicamente este atropello al derecho del pueblo cubano a la autodeterminación!

Comisión de Relaciones Internacionales

Comité Central

Partido Comunista Paraguayo