21 IMCWP, Contribution of Paraguayan CP

10/16/19 3:36 PM
  • Paraguay, Paraguayan Communist Party Es South America Communist and workers' parties

 La paz solo podrá ser obra del

socialismo-comunismo a escala mundial

 

PARTIDO COMUNISTA PARAGUAYO

 

Iniciamos nuestra contribución a este 21° Encuentro Internacional de Partidos Comunistas y Obreros, saludando a todos los Partidos hermanos presentes y en especial a los Partidos Comunistas de Turquía y de Grecia, por el esfuerzo de reunirnos en Izmir, teniendo en cuenta que el internacionalismo como la revolución, se organizan y construyen materialmente.

Rendir homenaje a las y los millones de camaradas que dieron su vida por el socialismo-comunismo desde 1848 a esta parte y, sobre todo, desde la creación de la Internacional Comunista, constituye un acto de justicia y de reafirmación con el proyecto revolucionario, además de reivindicar con mucho orgullo nuestra pertenencia al movimiento comunista internacional y nuestra total certeza en la posibilidad de victoria de la alianza social obrero-campesina y popular, dirigida por una fuerza revolucionaria marxista-leninista capaz de hacer síntesis de identidad en cuanto a las demandas históricas de las mayorías trabajadoras del campo y la ciudad, a escala nacional e internacional.

Sabemos que estudiar en profundidad el proceso de la Internacional Comunista, con sus errores y aciertos, constituye un desafío ineludible para definir la necesaria estrategia revolucionaria común para los partidos comunistas y obreros, en el marco de una crisis capitalista, que la consideramos estructural y civilizatoria.

La actual crisis civilizatoria es envolvente y nos incluye a las fuerzas que luchamos por el derrocamiento del sistema capitalista y la construcción del socialismo-comunismo. Por lo que la salida a la misma reclama alto grado de responsabilidad en el ejercicio del internacionalismo y en los pasos a dar para materializar debates y coordinar y orientar de acciones, encaminando el proyecto revolucionario hacia condiciones reales de anulación y superación del capitalismo, porque esta crisis no tiene forma de superación en los márgenes del sistema dominante.

En este sentido, entendiendo al capitalismo como un sistema que se  desarrolla y reestructura en el marco de profundas crisis inherentes a su propia estructura y, que no implican per se la destrucción cuasi automática de esta forma de organización social ni mucho menos el advenimiento del socialismo – comunismo como único horizonte, la historia se ha encargado de demostrar en los hechos, que la sentencia de Rosa Luxemburgo cuenta hoy con más vigencia que nunca, nos encontramos ante la compleja disyuntiva  de “Socialismo o barbarie”.

Esto entendiendo que, las crisis estructurales del sistema habilitan no sólo la vía de la acción de propuestas superadoras del orden social existente, sino que a su vez, las grandes crisis estructurales habilitan también el despliegue del rostro más represivo, criminal, terrorista y guerrerista del capitalismo, y junto con esto el retroceso de todos los derechos adquiridos por la clase trabajadora en su conjunto a nivel mundial, habilitando la incursión y consolidación de regímenes que exaltan lo nacional y cuyos discursos cobran raíz en suelos fértiles como lo son los pueblos hambreados, lumpenizados y profundamente golpeados y desmoralizados por la avanzada del capital y el retroceso de los gobiernos denominados progresistas, sobre todo cuando las organizaciones que se reclaman revolucionarias, no logran desarrollar sus fuerzas para asimilar el descontento creciente.

La ofensiva imperialista es violentísima frente a la crisis estructural del sistema capitalista que vivimos. La estrategia del enemigo es clara, expoliación y lucha ideológica.Pero el campo popular, los pueblos del mundo, nuestros camaradas, están dando batalla a través de diversos medios y en distintas formas de lucha.

En el Paraguay, la crisis capitalista se ha hecho sentir tras la caída del precio de las commodities en el mercado mundial, afectando fundamentalmente al sector de los agronegocios, principal motor de la economía nacional, y en donde la contracción de la actividad económica fue del 2,8% en el primer semestre del año, acumulando por tercer trimestre un crecimiento negativo, lo que obligó al gobierno a asumir públicamente que el país había entrado “técnicamente” en recesión.

Al poseer elevados niveles de liberalización económica, Paraguay se vuelve más vulnerable a los shocks externos, agudizándose esta situación por la escasa diversidad de su matriz productiva, que encuentra su columna vertebral en el sector primario exportador. Las predicciones en cuanto a la evolución del sector no son alentadoras, pues según el Informe del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, 2019) la previsión futura acerca del comportamiento de la producción de las materias primas en el mercado mundial evidencian una tendencia a la baja, y en donde particularmente la soja – producto estrella de la economía paraguaya – presentó este año una producción 4,6 millones menos de lo esperado, a pesar de la ligera recuperación de los precios en el mercado internacional.[1]

En ese sentido, estos últimos trimestres han sido sumamente traumáticos para la clase obrera paraguaya, en donde la desocupación, la subocupación y la precarización del trabajo se constituyen en la constante. Nuestro país posee una de las tasas más altas de informalidad laboral, afectando al 71% de la población económicamente activa (PEA)[2], a esto se le agrega la calidad del empleo, y en donde nuestro país se ubica entre los 5 países con la peor calidad de empleo en la región según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID, 2018).

Asimismo, el desempleo afecta al 7% de la población, siendo la población femenina la mayor afectada. En lo que respecta a la remuneración por la fuerza de trabajo, el salario mínimo continúa siendo insuficiente para cubrir las necesidades vitales de reproducción de la vida material de la clase obrera paraguaya y en donde el incremento de los bienes que componen la canasta básica alcanzó el 70%, en detrimento de un salario ya de por sí, miserable. De hecho, para que el salario mínimo permita el mantenimiento de una familia promedio, debería ajustarse en alrededor de un 50%

La crisis económica y social en Paraguay se traduce en elevados niveles de lumpenización de la clase obrera, de marginalidad y explotación, en medio de persecuciones a líderes sindicales, a líderes campesinos y desalojos violentos en favor de la expansión de la frontera agrícola en el intento de incrementar la tasa de ganancia, en franca caída.

Expulsar población del campo, encarcelar, exiliar y aniquilar físicamente a quienes disientan del modelo productivo para el Paraguay, quebrantar todos los derechos laborales, desarrollar una especie de paraíso fiscal y tener el control del suelo, el subsuelo (con agua potable en enorme cantidad), los recursos hídricos y el cielo, además de las hidroeléctricas, forman parte del proyecto del capital imperialista para nuestro país. También, utilizar al Paraguay como una plataforma para el monitoreo de la región e inclusive para el despliegue militar, si hiciere falta. Prueba de ello es la multimillonaria inversión en el predio de la embajada norteamericana, construyendo tanto para abajo como para arriba, en sus cinco hectáreas que están a una avenida de distancia con la casa presidencial.

El desastre ambiental en el Paraguay ha generado más de 12mil focos de calor con numerosos incendios que, solo en el Chaco paraguayo llegaron a 293.000 hectáreas, con la desaparición de más de 3.000 especies nativas de plantas y animales, todo esto promovido por la voracidad capitalista que pone en riesgo nuestra existencia como especie.

En este marco, la lucha de clases exige niveles cada vez más altos de organización y consciencia. Nuestro Partido está trabajando muy duro en el terreno ideológico y en el económico-reivindicativo, combinando ambas luchas para desarrollar lucha política cada vez más sólida, a partir del fortalecimiento de la clase obrera y del campesinado. Crecientes movilizaciones obreras, campesinas, estudiantiles, territoriales se suceden en nuestro país, desarrollando múltiples experiencias de luchas, aunque sin lograr converger aún en una síntesis político-social. En este sentido, hemos iniciado plenarias regionales de nuestro espacio de unidad social y política, el Congreso Democrático del Pueblo, preparando una campaña política que pretende acercar y movilizar a las mayorías trabajadoras del campo y la ciudad.

Las y los comunistas participamos en múltiples luchas, junto a otras organizaciones sociales, cuestionando la política fraudulenta y súper explotadora de patronales empresariales y latifundistas, que se expresan en esta oleada de incendios. También levantamos nuestra voz frente al Acta entreguista de Itaipu, como ante el accionar de la mafia con el caso de liberación del narcomafioso Samura, o el levantamiento del Plan de Acción Conjunta para desalojos que busca criminalizar aún más a movimientos que luchan por el derecho a la vivienda digna. Contra la mutilación del Jardín Botánico y la construcción del viaducto del fraude, existe una sostenida lucha liderada por mujeres, jóvenes y diversas

organizaciones. En el movimiento obrero también venimos realizando múltiples luchas específicas y generales para enfrentar la crisis y los despidos que se vienen dando, buscando resistir ante la propuesta del gobierno y de las patronales, que es descargar todo el peso de la crisis sobre los hombros de las mayorías trabajadoras de la ciudad y del campo. Huelgas docentes y movilizaciones estudiantiles se desarrollan para denunciar el estado de total abandono de la salud y la educación pública, además de cuestionar, junto al movimiento obrero y campesino, la política de ajustes y despilfarros del PGN 2020.

 

Teniendo en cuenta el grado de crisis que estamos padeciendo en el Paraguay, el gobierno del fraude, encabezado por Mario Abdo Benítez no logra estabilizarse. Amenazas de juicio político siguen latentes y en estos días, el embajador norteamericano Lee McClenny, lanzó un sugestivo tweet, instando al gobierno a “escuchar al pueblo” y a luchar contra la corrupción y la impunidad, dando a entender que el apoyo dado por la embajada yanqui para evitar el juicio político hace unos 4 meses, se está debilitando.

Entendemos que la desestabilización es parte del presupuesto del capital monopolista-imperialista en este momento, buscando profundizar la crisis y lograr que se generen las condiciones para calificar como Estado Fallido al Estado paraguayo, y por lo tanto pasible de intervención militar.

El concepto de unidad que trabajamos desde el Partido Comunista Paraguayo, estriba en el fortalecimiento de la alianza social obrero-campesina y popular, que sea capaz de generar identidad en las demás capas sociales objetivamente perjudicadas por el capital monopolista, buscando desarrollar la más amplia unidad de explotadas y explotados, excluidas y excluidos, para superar al capitalismo con una progresiva revolución democrática, agraria y antiimperialista, capaz de levantar la contradicción capital-trabajo como inmediata posta a superar.

En estos tiempos oscuros y violentísimos, camaradas, en esta difícil situación que estamos atravesando como humanidad, debemos sacar a relucir lo mejor de lo mejor de las y los comunistas: el amor a la vida y la alegría de luchar contra toda forma de opresión, planificando nuestras acciones enmarcadas en una estrategia revolucionaria que, para posibilitar la continuidad de la vida sobre la tierra, deberá ser mundial.

 

¡Por el internacionalismo proletario y la elaboración de una estrategia

revolucionaria común!

¡Organicemos el presente para rebelar el futuro!

¡Socialismo es vida, pan y paz!

 

 

13 de octubre de 2019

PARTIDO COMUNISTA PARAGUAYO

 

[1] “Comportamiento de las Commodities en tiempo real” https://www.megabolsa.com/tiempo-real-commodities/ Acceso: 30-09-2019

[2] “Informe del primer año de gestión de Mario Abdo Benítez” Sociedad de Economía Política del Paraguay, 2019.