Intervención del Partido Comunista Brasileño en el XXII Encuentro Internacional de Partidos Comunistas, en La Habana
A los delegados del XXII EIPCO:
El Partido Comunista Brasileño – PCB – saluda a todos los delegados participantes del XXII EIPCO, en especial a los camaradas del Partido Comunista de Cuba, que continúan en la lucha victoriosa contra las agresiones del imperialismo estadounidense y por la construcción y desarrollo del Socialismo en Cuba mismo en tiempos muy duros.
Vivimos en un período de decadencia del sistema capitalista, cuyo desarrollo genera cada vez más desempleo estructural, precariedad de las relaciones laborales y caída de los salarios, lo que ha empeorado las condiciones de vida de las grandes masas, incluso en los países centrales. La respuesta de la burguesía se manifiesta en la radicalización de las políticas liberales que profundizan la explotación de los trabajadores para garantizar y aumentar la ganancia de las empresas.
En muchos países, la burguesía se alia en el campo político con formaciones fascistas que realizan acciones directas y violentas contra inmigrantes, negros, lgbts, mujeres, contra las izquierdas en general y trabajan para tomar el poder estatal con manipulaciones en los procesos electorales, con fakenews, intentan golpes de estado por medio de las “revoluciones de colores”, con el objetivo de imponer por la fuerza sus intereses contra los trabajadores, incluyendo el desmantelamiento del Estado, las privatizaciones, la destrucción de conquistas democráticas y derechos civiles, como en los ejemplos de Ucrania, Hungría e Italia.
El imperialismo estadounidense, en proceso de decadencia, se vuelve cada vez más agresivo en la lucha para mantener su influencia en el mundo. Para tanto, promueve la permanencia de la OTAN, realiza provocaciones, sabotajes, fomenta separatismos, intensifica contradicciones con sus adversarios como en el caso de China y los amenaza como ocurrió en el caso de Rusia con la proposición de colocación de armas nucleares en Ucrania.
Así como la guerra no interesa a los trabajadores, la agresividad de la OTAN-EEUU-UE tampoco interesa, esa agresividad es una amenaza a la humanidad y debe ser derrotada en todos los campos de lucha, pues una eventual victoria de esas fuerzas representaría un paso atrás para todos los pueblos del mundo. Por el contrario, una derrota de este bloque debilitaría el imperialismo y abriría mayores espacios para la lucha de los trabajadores, incluyendo los de Rusia y Ucrania.
Hay cambios importantes en varias partes del mundo que abren posibilidades para un nuevo ascenso de la lucha de clases en favor de los trabajadores, como el surgimiento de luchas sociales en Europa y en América Latina, como en Argentina, Bolivia, Chile, Perú y Colombia, donde las masas protagonizaron grandes manifestaciones contra los gobiernos de derecha y el neoliberalismo con gobiernos de corte socialdemocrata y de conciliación de clases, mientras la correlación de fuerzas todavía no permitió el desarrollo de una salida revolucionaria.
En Brasil, en este domingo tendremos la segunda vuelta electoral para presidente. Participarán el actual presidente, Bolsonaro, y el expresidente Lula. Bolsonaro representa al fascismo, conspira permanentemente contra las libertades democráticas, con amenazas de golpe de Estado si pierde las elecciones. Bolsonaro es un genocida: fue responsable de cientos de miles de muertes por su acción contra la lucha contra el Covid-19, en su gobierno hay mucha corrupción y Brasil volvió al mapa mundial del hambre.
Bolsonaro cuenta con el apoyo de grupos armados, una parte del sistema financiero y de parte de la gran burguesía industrial y agroexportadora, de los sectores más salvajes del capitalismo que invaden tierras indígenas para la minería, que destruyen la Amazonía, que representan el conservadurismo y la amenaza de un golpe de Estado, además de sectores de las Fuerzas Armadas y de la Policía Militar. Lula construye una campaña que desde el primer momento buscó representantes clientelistas de la burguesía brasileña, el llamado “Centrón”, en el Congreso, y se conformó como un amplio frente, que incluye partidos de izquierda y del campo democrático y algunos de centro derecha y, especialmente, con los movimientos sociales que representan a los sectores más pobres de la población. Lula organizó una composición electoral de conciliación de clases.
En la primera vuelta, el PCB lanzó su propia candidata a la presidencia, Sofía Manzano, y a gobernadores y diputados en 12 estados, en oposición directa a todas las expresiones electorales que no representan la clase trabajadora, con un programa anticapitalista y antiimperialista, con propuestas viables para elevar el nivel del debate y organizar a los trabajadores para la lucha, que fue muy bien aceptado entre los sectores más avanzados de la clase trabajadora.
En la segunda vuelta decidimos apoyar a Lula para derrotar al fascismo. Esta segunda vuelta en Brasil representa la lucha entre la civilización y la barbarie. Una victoria de Bolsonaro representaría una derrota para los trabajadores, la juventud y los pobres de nuestro país. Significaría también la profundización de la barbarie social, la precarización de los derechos de los trabajadores, la privatización de lo que aún queda de empresas públicas y la restricción de las libertades democráticas. Por otro lado, una victoria de Lula, que seguramente no realizará las reformas estructurales que el país necesita y que podrá adoptar medidas de contrarreformas, profundizando nuestra crisis, significa mantener las libertades democráticas, lo que se va a garantizar espacios abiertos para que los comunistas y las fuerzas populares puedan luchar en mejores condiciones por el poder popular en Brasil.
Orientamos nuestra militancia a hacer todos los esfuerzos posibles para garantizar la victoria de Lula y estaremos en las calles para garantizar la toma de pose de Lula, en el caso de su victoria en las elecciones, y seguiremos en las calles en la lucha por los derechos y por cambios en la economía para iniciar un nuevo giro en Brasil, por el poder popular y la revolución socialista.
Queremos proponer que el EIPCO y el Grupo de Trabajo tengan más espacios para la organización de acciones comunes antiimperialistas y anticapitalistas, para la construcción de frentes de lucha internacionales, como por la reducción de la jornada laboral para 30 horas semanales sin reducción de salarios, y para fortalecer organizaciones como la Federación Sindical Mundial, para unificar internacionalmente las luchas de la clase trabajadora.
Muchas Gracias!
Viva el internacionalismo proletario!
Viva el Socialismo!
Viva Cuba!
Comisión Política Nacional
Partido Comunista Brasileño