Written contribution of CP of Mexico [Es]
Queridos camaradas:
Saludamos a los partidos comunistas y obreros aquí reunidos, las acciones que libran para organizar y dirigir a la clase obrera en las luchas cotidianas de antagonismo con el capital, preparando el objetivo de la revolución socialista y el poder obrero.
Saludamos con entusiasmo al Partido Comunista de Vietnam y a la clase obrera vietnamita, rindiendo homenaje al camarada Ho Chi Minh, gran marxista-leninista, internacionalista proletario y comunista consecuente. En los años de lucha contra la intervención imperialista norteamericana, como parte de inmenso movimiento internacional de solidaridad, el pueblo de Vietnam contó de principio a fin con los comunistas de México, con manifestaciones y acciones políticas de diverso signo e intensidad, incluyendo acciones de sabotaje a ferrocarriles que transportaban suministros militares producidos por monopolios mexicanos y que eran enviados desde México a los EEUU. Al grito de Ho Chi Minh-Vietnam, los comunistas de México lograron despertar entre los trabajadores y el pueblo de México una fuerte solidaridad hasta el fin de la guerra en que el pueblo vietnamita venció.
Agradecemos al Partido Comunista de Vietnam por crear las condiciones para este 18 EIPCO. El hecho de que por primera vez se efectúe en un país gobernado por un Partido del movimiento comunista internacional refrenda el valor de la iniciativa iniciada y sostenida en años complejos por el Partido Comunista de Grecia y que poco a poco viene siendo asumida por otros partidos comunistas y obreros. Los EIPCO en tanto que espacio de encuentro y articulación de los partidos comunistas y obreros deben ser cuidadosamente preparados, con fidelidad a algunas características básicas, en primer lugar el carácter de los partidos que en el confluyen y participan, su naturaleza comunista, clasista. Las intenciones de ampliarlo a un espacio de “izquierda” o “progresista” lo desdibujarían y lo conducirían a su fracaso, a su fin; de la misma manera es indispensable el respeto al principio de igualdad entre los partidos.
Tuvimos recientemente una experiencia negativa en América Latina, en el Encuentro de Lima, de convertir un espacio de los comunistas en una confluencia con fuerzas socialdemócratas y oportunistas, con documentos-base ajenos a la lucha por el socialismo, con una plataforma programática de reformas al capitalismo, con una declaración que atropelló posiciones críticas y que fue impuesta, y que naturalmente varios partidos comunistas y obreros ahí presentes rechazamos, deslindándonos de ella. Tal camino conduce a la ruptura, a la fragmentación, es antiunitario.
La socialdemocracia y el oportunismo tienen espacios propios, por ejemplo el Foro de Sao Paulo, el Partido de la izquierda Europea, el Encuentro Latinoamericano Progresista, la Internacional Socialista ¿A dónde conduciría sacrificar un espacio de los comunistas en pro de una convergencia con espacios de esa naturaleza que buscan la administración del capitalismo? La línea de un frente progresista con un “mal menor” en las disputas interimperialistas es una línea de suicidio para los espacios del movimiento comunista internacional.
Estamos en el octavo año de la crisis de sobreproducción y sobreacumulación del capitalismo que viene modificando el cuadro político internacional.
Se produjo una serie de reformas en varios países para modificar negativamente las leyes laborales, desvalorizando el trabajo, aumentando la jornada de trabajo, disminuyendo el salario, afectando las pensiones y jubilaciones, el derecho a la salud, vivienda, a las vacaciones, afectando drásticamente los contratos colectivos la acción y organización sindical; se introdujo la flexibilización laboral que golpea a la clase obrera y sus ya reducidos derechos. Este ataque de los monopolios fue generalizado en el Mundo, de México a Grecia, España, Francia, por doquier, lo mismo en América que en Europa y Asía.
Como parte del mismo ataque a los trabajadores se producen las agresiones racistas a los trabajadores migrantes, la violación a cualquier derecho, la muerte masiva en los mares o desiertos.
Adicionalmente se han impuesto nuevos tratados interimperialistas como el TTP, el TTIP, TISA y otros que son muy lesivos para los pueblos y para los obreros, pues maximizan la explotación y favorecen las superganancias de los monopolios. Lamentablemente frente a ellos los partidos comunistas y obreros de los países involucrados no han tenido una posición común, y hay partidos que apoyaron alguno de esos tratados.
Se vienen agudizando las rivalidades interimperialistas, las contradicciones entre los tiburones imperialistas por mercados, rutas y materias primas, sobre todo de energéticos, tales disputas imponen nuevas alianzas, reacomodos. Los choques económicos, políticos, diplomáticos, ya se desbordan en conflictos militares regionales como en Siria, y colocan serios peligros para una guerra generalizada. Los centros imperialistas en disputa, anuncian los preparativos para ella, amagan con armamento y nuevas tecnologías de destrucción, aumento del presupuesto bélico, escaramuzas mediáticas día a día. La tergiversación de la filosofía marxista para simplificarla en contradicción principal y contradicciones secundarias, lleva al errado análisis de que frente al centro imperialista de EEUU-UE deben ser respaldadas otras alianzas de naturaleza capitalista-imperialista, menos agresivas, olvidando las lecciones leninistas en el preludio de la primera guerra mundial, cuando el marxismo fue enriquecido por la teoría del imperialismo, que está cumpliendo 150 años. Las lecciones de los bolcheviques y la izquierda zimerwaldiana son vigentes para la acción de los comunistas: en la disputa interimperialista no colocarse a la cola de ninguno de los rivales y transformar la guerra en revolución.
Como resultado de la crisis capitalista también entran en descredito las formas de gestionar el sistema, una tras otra, pues ninguna logra atenuar los efectos devastadores sobre la economía. Liberales, neoliberales, conservadores, socialdemócratas, nuevos socialdemócratas en un imparable carrusel que no logra la estabilización del capitalismo, pero que es empleado por los monopolios para contener el ascenso de la lucha, para sembrar ilusiones temporales en sectores de las capas medias, y de la clase obrera.
La socialdemocracia y la nueva socialdemocracia, con el apoyo del oportunismo logró catalizar por un lapso de tiempo el descontento, más finalmente se colocan evidencias de su gestión gubernamental antiobrera, antipopular, promonopolista, favorable a las ganancias del capital a costa del hambre, la miseria, y el sufrimiento de los trabajadores.
¿Dónde quedaron los elogios a Syriza, buque-insigna de la nueva socialdemocracia? ¿Hay ilusiones sobre PODEMOS en España, sobre MORENA en México?
También las gestiones gubernamentales progresistas en América Latina atraviesan por turbulencias, y no podía ser de otra manera, finalmente atrapadas en el capitalismo se sujetan a las leyes y regularidades de tal modo de producción. El apoyo popular inicial tenían se desmovilizó ya que en la encrucijada de profundizar los procesos en dirección revolucionaria han optado por ceñirse a la lógica del reformismo que finalmente preserva las relaciones capitalistas y sus inherentes contradicciones sociales; el aumento del gasto social sin alterar la apropiación privada del trabajo social tarde que temprano es insostenible. Nuevamente las terceras vías demuestran su fracaso.
No cabe duda que es el socialismo-comunismo la alternativa de la humanidad.
La experiencia del Siglo XX es aleccionadora por su riqueza histórica. La Gran Revolución Socialista de Octubre, que está por cumplir cien años, y que debe ser conmemorada vigorosamente por el movimiento comunista internacional, demostró que el poder obrero, la socialización de los medios de producción, la planificación central, pueden llevar a la sociedad a escalones superiores dando resolución a los problemas de miseria, hambre, educación, salud, cultura, emancipación de la mujer.
El socialismo demostró materialmente su superioridad sobre el capitalismo en lo económico, político, social, y al mismo tiempo que desarrolló a la sociedad de un país o países concretos,hizo avanzar al conjunto de los trabajadores del Mundo, al poner al servicio de la causa emancipatoriael internacionalismo proletario: y para muestra la derrota del fascismo, la contribución decisiva para la descolonización de Asía y África y el apoyo incondicional a los movimientos políticos, a los partidos comunistas, a las fuerzas antidictatoriales que enfrentaron la opresión y el oscurantismo. La inmensa solidaridad de la URSS y el campo socialista con los pueblos del mundo no tiene parangón en la Historia.
La violación de las leyes generales de la construcción socialista abrió paso a la contrarrevolución, sobre todo la cuestión relativa a la incompatibilidad de las relaciones mercantiles en la economía socialista. Por ello hay que ser críticos y cuidadosos frente a las teorías del “socialismo de mercado”, “socialismo con mercado”, pues finalmente es una coexistencia peligrosa que socaba el poder de los trabajadores. Una estafa similar a la de Dühring o Bernstein la presenta el denominado “socialismo del siglo XXI” con economía mixta, institucionalidad burguesa, gasto social y que es la forma populista de políticas reformistas. El fracaso del progresismo coloca la vigencia de la revolución socialista.
El antagonismo capitalismo/socialismo, como proyección de la contradicción social entre capital/trabajo no admite terceros caminos, terceras vías. En nombre de la peculiaridad nacional, de las condiciones específicas, existen partidos comunistas que reivindican el programa de las etapas intermedias dejando de lado las valiosas enseñanzas del Partido Comunista Bolchevique que con Las Tesis de Abril y sus nuevas tesis programáticas demostró una nueva época que se materializó con el triunfo de la Revolución de Octubre en 1917 y que inauguró una época de revolución social. Esta tesis marxista-leninista tiene como premisa que el capitalismo entró en su fase superior y última, el imperialismo, que pone de manifiesto los límites históricos de tal modo de producción, su caducidad y descomposición, y el papel revolucionario del proletariado como clase para sí, es decir dotado de consciencia por un agente exterior, el partido comunistas, cuyo papel no tiene sustitución.
Camaradas:
El principal problema que aqueja al movimiento comunista internacional es la ausencia de una estrategia común, de mecanismos para discutirla, e inclusive de la falta de voluntad para tal discusión. Se volvió un lugar común para una parte del movimiento comunista internacional hacer crítica a las leyes generales y a los momentos en que la clase obrera contó con una estrategia unificada, sobre todo a la Internacional Comunista. Predomina un discurso sobre la diversidad de vías al socialismo, pero la experiencia no mostró ningún camino victorioso, a diferencia de las revoluciones proletarias triunfantes.
El Partido Comunista de México desarrolla una estrategia y una táctica en los marcos nacionales de nuestra intervención, pero sobre la base de esas leyes generales:
Trabajamos para que con su propio programa articule su fuerza política, con banderas antimonopolistas y anticapitalista, para una alianza de la clase obrera con las capas medias.
Desarrollamos lucha antiimperialista con la comprensión de que el imperialismo es el capitalismo de los monopolios, y que tal lucha pasa por confrontar a todos los monopolios incluyendo los de nacionalidad mexicana; discrepamos de quienes piensan que antiimperialismo es antinorteamericanismo. Consideramos que México es un país intermedio en el sistema imperialista, de pleno desarrollo capitalista, donde han madurado y se colocan en la orden del día las tareas de la Revolución socialista, y por ello todo nuestro esfuerzo se dirigen en esa dirección, aunque subjetivamente hay un desencuentro con las condiciones objetivas, por lo que la labor del Partido apunta en esa dirección.
Luchamos contra los acuerdos interimperialistas como el TLC, TTP, TTiP. Aquellos acuerdos interestatales considerados alternativos que existen en América Latina, como MERCOSUR, ALBA, analizados en su base económica, solo pueden ser caracterizados como acuerdos interestatales capitalistas, por lo que son inviables para los pueblos.
Somos firmes en el criterio clasista, es decir en nuestra política todo se dirige en función de lo que fortalezca a la clase obrera, que contribuya a su independencia de clase, que no lo coloque a la cola ni de la burguesía, ni del imperialismo, ni de las disputas interimperialistas.
Somos leales al internacionalismo proletario, en solidaridad con todos aquellos que luchan en condiciones adversas del anticomunismo, de ataques represivos, de ilegalidad. Nos oponemos a los ataques imperialistas contra cualquier pueblo. Reiteramos nuestra oposición al bloqueo imperialista contra Cuba y nuestra solidaridad con el pueblo venezolano, palestino y sirio.
Camaradas:
Debemos comprometernos vehemente por la conmemoración del centenario de la Gran revolución Socialista de Octubre, no solo como una efeméride, sino poner el acento en su vigencia y viabilidad, con intercambios teóricos, científicos, históricos de la Revolución, del poder obrero, de la construcción socialista, del papel del partido, de los asuntos de estrategia.
El refuerzo del movimiento comunista internacional, las acciones coordinadas de los partidos comunistas y obreros, los intercambios bilaterales y colectivos son parte del camino en esa dirección.
¡Viva el 18 Encuentro Internacional de los Partidos Comunistas y Obreros!
¡Viva el marxismo-leninismo!
Buró Político del Comité Central