Partido Comunista de Mexico
El criterio clasista es el deber de los partidos comunistas y obreros.
Contribución presentada al XV EIPCO, en Lisboa Portugal
Queridos camaradas:
El Comité Central del Partido Comunista de México expresa su saludo a los partidos comunistas y obreros que participan del XV EIPCO. Agradecemos al Partido Comunista Portugués por los esfuerzos organizativos y saludamos las conmemoraciones del centenario de Álvaro Cunhal, gran comunista portugués.
Camaradas:
El efecto fundamental de la crisis de sobreproducción y sobreacumulación del capitalismo es el ataque feroz contra los derechos de los trabajadores, en búsqueda de la desvalorización de su fuerza de trabajo. En general, las medidas aplicadas en varios países lo mismo en Europa que en América, se basan en poner fin a los contratos colectivos de trabajo, al derecho de huelga, eliminar el salario mínimo y la jornada máxima, fin del régimen de jubilaciones y pensiones, y la introducción del pago por horas y de la subcontratación, para precarizar el trabajo. Además del ataque al poder adquisitivo del salario, los despidos masivos llevan a la pauperización a la clase obrera, en tanto que con fondos públicos se acude en auxilio de los monopolios para que estos no tengan pérdida ninguna.
Son políticas antiobreras que buscan la estabilidad del capitalismo en un periodo de turbulencias. Van acompañadas de un reforzamiento de las medidas represivas, tanto del Estado como de carácter paraestatal. Para aplicarlas, con unanimidad desaparecen las diferencias del espectro político de la democracia burguesa, cuyos partidos se coaligan con esa exclusiva plataforma -no importa si son de derecha, liberales o socialdemócratas-, y en cuyo refuerzo acuden los destacamentos del oportunismo, que con la máscara de ser de izquierda buscan dar un rostro social a la gestión anticrisis, es decir, antiobrera.
No podemos, a riesgo de cometer errores y equívocos, situar que la crisis es resultado de la falla de alguna gestión del capitalismo, sino que es intrínseca a este modo de producción.
Para los partidos comunistas no es opción, a riesgo de desdibujar su identidad, la gestión de la crisis, en tanto que es un deber en periodos como el actual agudizar el conflicto de clase y acumular fuerzas en dirección del derrocamiento del capitalismo y de la Revolución socialista.
Pero sí son tareas y deberes de cada partido comunista, su más estrecha vinculación con la clase obrera y expresión sindical. La vistosidad de las movilizaciones de las capas medias no debe distraer de la tarea de la introducción de la consciencia en cada centro de trabajo.
Otro de los asuntos del temario es el realineamiento de las fuerzas internacionales.
Observamos en lo general que se presentan una serie de ilusiones sobre algunas alianzas interestatales, cuya verdadera naturaleza de clase es capitalista, en nombre de la multipolaridad. La elección a favor de uno de los centros o bloques que protagonicen contradicciones interimperialistas no puede ser la de la clase obrera, ni la del movimiento comunista.
Nuestra oposición a las guerras imperialistas, a las agresiones militares para favorecer a los monopolios y entregarles nuevos mercados, recursos naturales y materias primas y mano de obra barata, debe tomar en cuenta la correspondencia de política interior y exterior. El hecho de que un país imperialista presente antagonismo a los intereses de otro país imperialista, por razón de sus intereses regionales, por vínculos económicos, en modo alguno puede identificarse, como se hace con la multipolaridad, como una tendencia progresista favorable a los pueblos. Sólo la lucha de los pueblos, organizados con la clase obrera y sus partidos comunistas, podrá imponer una correlación favorable a sus propios intereses. Los BRICS no son una vía de desarrollo para los pueblos.
La emancipación de clase y la lucha por el socialismo
Los límites históricos del capitalismo, la creciente barbarie que es intrínseca a su búsqueda de ganancias y rentabilidad, no frenarán con un cambio de gestión.
El oportunismo internacional lanza esa oferta en el mercado, lo mismo con Syriza en Grecia, que con el PRD y MORENA en México.
En su historia el movimiento comunista comprueba que el camino de las reformas conduce a anular su potencial revolucionario. Que la lucha contra las tendencias oportunistas no es sólo un aprendizaje histórico, sino una condición para su propia existencia.
Con base en las lecciones de su construcción en la URSS, constatamos que el socialismo desarrolla las potencialidades de la clase obrera y su rol emancipador de otras clases subalternas. Grandes confusiones son las que tergiversan el socialismo-comunismo buscando la compatibilidad del socialismo y el mercado, pues no fue sobre esa base que la construcción socialista en el siglo XX alcanzó los grados de desarrollo conocidos.
Las luchas contemporáneas de la clase obrera y sus partidos comunistas no deben dejar de lado esa valiosa experiencia, para reconocer las causas que engendraron la contrarrevolución.
Camaradas:
La solidaridad internacionalista, el internacionalismo proletario, en mucho ganarían si el movimiento comunistabuscara construir, sobre bases ideológicas firmes, una estrategia común para confrontar al capital y al oportunismo/reformismo. En nuestra evaluación, el retraso en tal dirección no tiene justificaciones.
Quisiéramos, también, llamar la atención hacia los diálogos de paz que tienen lugar en La Habana entre las FARC-EP y el gobierno colombiano. Vemos las dos tendencias negativas que presionan: por un lado los intereses de la oligarquía que buscan romper los diálogos y anular esta oportunidad, y por otro la de aquellos falsos amigos que buscan el desarme incondicional de las FARC-EP. No podemos contemplar ese proceso con una mirada neutral, sino elegir el lado de los comunistas y contribuir solidariamente con ellos.
Por último, agradecemos la solidaridad de los partidos hermanos que se expresaron solidariamente cuando tres camaradas del PCM fueron asesinados.
¡Proletarios de todos los países, uníos!
O critério classista é o dever dos partidos comunistas e operários.
Partido Comunista do México
Contribuição apresentada ao XV EIPCO, em Lisboa, Portugal
Queridos camaradas:
O Comitê Central do Partido Comunista do México expressa sua saudação aos partidos comunistas e operários que participam do XV EIPCO. Agradecemos ao Partido Comunista Português pelos esforços organizativos e saudamos as comemorações do centenário de Álvaro Cunhal, grande comunista português.
Camaradas:
O efeito fundamental da crise de superprodução e superacumulação do capitalismo é o ataque feroz contra os direitos dos trabalhadores, em busca da desvalorização de sua força de trabalho. Em geral, as medidas aplicadas em vários países, mesmo na Europa e na América, se baseiam em colocar fim aos contratos coletivos de trabalho, ao direito de greve, eliminar o salário mínimo e a jornada máxima, fim do regime de aposentadorias e pensões, e a introdução do pagamento por horas e da subcontratação, para precarizar o trabalho. Além do ataque ao poder aquisitivo do salário, as demissões em massa levam à pauperização da classe trabalhadora, no mesmo tempo em que os fundos públicos acodem em auxílio dos monopólios para que estes não tenham perda alguma.
São políticas antitrabalhistas que buscam a estabilidade do capitalismo num período de turbulência. Vão acompanhadas de um reforço das medidas repressivas, tanto do Estado como de caráter paraestatal. Para aplicá-las, sem exceção, desaparecem as diferenças do espectro político da democracia burguesa, cujos partidos se coligam com essa exclusiva plataforma – não importa se são de direita, liberais ou socialdemocratas – e, em cujo esforço acodem as tropas do oportunismo que, com a máscara de ser de esquerda, buscam dar um rosto social à gestão anticrise, ou seja, antitrabalhadora.
Não podemos, com o risco de cometer erros e equívocos, situar que a crise é resultado da falha de alguma gestão do capitalismo, mas que é intrínseca a este modo de produção.
Para os partidos comunistas não é opção, sob o risco de distorcer sua identidade, a gestão da crise. No entanto, é um dever em períodos como o atual aprofundar o conflito de classe e acumular forças na direção da derrota do capitalismo e da Revolução socialista.
Mas, são tarefas e deveres de cada partido comunista, sua mais estreita ligação com a classe operária e expressão sindical. A suntuosidade das manifestações das camadas médias não deve distrair da tarefa da introdução da consciência dentro do trabalho.
Outro dos assuntos do temário é o realinhamento das forças internacionais.
No geral, observamos que é apresentada uma serie de ilusões sobre algumas alianças interestatais, cuja verdadeira natureza de classe é capitalista, em nome da multipolaridade. A escolha a favor de um dos centros ou blocos que protagonizem contradições interimperialistas não pode ser da classe trabalhadora, nem do movimento comunista.
Nossa oposição às guerras imperialistas, às agressões militares para favorecer os monopólios e entregar-lhes novos mercados, recursos naturais, matérias primas e força de trabalho barata, deve considerar a relação entre a política interna e externa. O fato de um país imperialista apresentar antagonismo aos interesses de outro país imperialista, por razão de seus interesses regionais, por vínculos econômicos, em modo algum pode ser identificado, como se faz com a multipolaridade, como uma tendência progressista favorável aos povos. Apenas a luta dos povos, organizados com a classe trabalhadora e seus partidos comunistas, poderá impor uma correlação favorável aos seus próprios interesses. Os BRICS não são uma via de desenvolvimento para os povos.
A emancipação de classe e a luta pelo socialismo
Os limites históricos do capitalismo, a crescente barbárie que é intrínseca a sua busca de lucros e rentabilidade, não pararão com uma mudança de gestão.
O oportunismo internacional lança essa oferta no mercado, com o SYRIZA, na Grécia, e com o PRD e MORENA no México.
Em sua história, o movimento comunista comprova que o caminho das reformas conduz à anulação de seu potencial revolucionário. Que a luta contra as tendências oportunistas não é apenas uma aprendizagem histórica, mas uma condição para sua própria existência.
Com base nas lições de sua construção na URSS, constatamos que o socialismo desenvolve as potencialidades da classe trabalhadora e seu papel independentista de outras classes subalternas. Grandes confusões tergiversam o socialismo-comunismo ao buscar-se a compatibilidade do socialismo e o mercado. Isso ocorre porque não foi sobre essa base que a construção socialista no século XX alcançou os graus de desenvolvimento conhecidos.
As lutas contemporâneas da classe trabalhadora e de seus partidos comunistas não devem deixar de lado essa valiosa experiência, para reconhecer as causas que engendraram a contrarrevolução.
Camaradas:
A solidariedade internacionalista, o internacionalismo proletário, em muito ganhariam se o movimento comunista buscasse construir, sobre bases ideológicas firmes, uma estratégia comum para confrontar o capital e o oportunismo/ reformismo. Em nossa avaliação, o retrocesso em tal direção não possui justificativas.
Queremos, também, chamar a atenção para os diálogos de paz entre as FARC-EP e o governo colombiano, que ocorrem em Havana. Vemos duas tendências negativas que pressionam: por um lado, os interesses da oligarquia que visam romper os diálogos e anular esta oportunidade e, por outro, a daqueles falsos amigos que buscam o desarmamento incondicional das FARC-EP. Não podemos contemplar esse processo com um olhar neutro, mas escolher o lado dos comunistas e contribuir solidariamente com eles.
Por último, agradecemos a solidariedade dos partidos irmãos que se expressaram solidariamente quando três camaradas do PCM foram assassinados.
Proletários de todos os países, uni-vos!
Tradução: Partido Comunista Brasileiro (PCB)