7th IMCWP, Written Contribution of PPS of Mexico

10/18/05, 12:45 PM
  • Mexico, Popular Socialist Party of Mexico 7th IMCWP Es Central America Communist and workers' parties

Athens Meeting 18-20 November 2005, Written Contribution of
PPS of Mexico [Sp.]
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From: SolidNet, Monday, 28 November 2005
http://www.ppsdemexico.org , mailto:amezcua@mx.inter.net
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International Meeting of Communist and Workers' Parties
"Current Trends In Capitalism: Economic, Social And
Political Impact. The Communists' Alternative"
Athens, 18-20 November, 2005

El impacto de las tendencias actuales del capitalismo
mundial en am�rica latina y en m�xico. La alternativa de
los comunistas.

Ponencia del Partido Popular Socialista de M�xico para el
Encuentro Internacional de Partidos Comunistas y Obreros a
celebrarse en Atenas, Grecia, del 18 al 20 de noviembre de
2005.

El r�gimen capitalista mantiene los rasgos caracter�sticos
esenciales que fueron desentra�ados por Marx en El Capital
y enriquecidos por Lenin, con elementos nuevos, en El
imperialismo, fase superior del capitalismo. En los casi
noventa a�os transcurridos ya de la aparici�n de esta obra
de Lenin, en el seno del imperialismo han aparecido otros
elementos nuevos, pero �stos no desvirt�an, sino confirman
los rasgos caracter�sticos de la esencia del sistema
capitalista develados por Marx, igual que los rasgos que
definen la etapa del imperialismo, descubiertos por Lenin.
Durante la segunda mitad del siglo XX se aceleraron
procesos tales como la internacionalizaci�n de los nexos
econ�micos, que est� en una fase avanzada, a la que los
ide�logos pro imperialistas han dado el nombre de
globalizaci�n. Con �ste fen�meno, el capital financiero
internacional se ha fortalecido y ha afianzado su dominio
econ�mico y pol�tico sobre las dem�s clases y sectores
sociales al interior de las potencias imperialistas. Al
mismo tiempo, ha aparecido una fase neocolonial de
subordinaci�n y saqueo de estas potencias sobre los dem�s
pa�ses del mundo.
De manera simult�nea se avanz� en la integraci�n econ�mica
capitalista como un proceso de aproximaci�n de econom�as
nacionales basada en el dominio del capital financiero, de
los monopolios y de los Estados de los pa�ses
imperialistas, fen�meno que propici� un nuevo reparto del
orbe y que ha sido rebautizado por los ide�logos al
servicio del imperialismo como regionalizaci�n,
conform�ndose tres bloques regionales uno en Asia, otro, el
de la Uni�n Europea, y el que encabeza Estados Unidos.
Ambos fen�menos, que han llamado globalizaci�n y
regionalizaci�n, se traducen en una m�s amplia y profunda
relaci�n entre los monopolios para extender sus mercados,
convenir precios y fusionarse, generando nuevas entidades a
sus antecesores Lenin les llam� supermonopolios-; los de
hoy tienen un mayor poder�o econ�mico concentrado que
nunca.
Todos estos mecanismos han facilitado que se incremente la
productividad, se reduzcan los costos y se acreciente la
masa de mercanc�as, y con ello le han permitido todav�a al
r�gimen capitalista sortear pero no resolver-, la
contradicci�n fundamental que le es inherente, entre el
desarrollo de las fuerzas productivas y las relaciones de
producci�n. Por el contrario, esta contradicci�n se ha
acentuado y, con ella, el r�gimen capitalista se precipita
cada vez m�s en su crisis definitiva.
Uno de los indicadores, de entre varios, del car�cter
agudizado de esa crisis es la reducci�n irrefrenable de la
tasa de ganancia. Otro es el de la brutal concentraci�n de
la riqueza y del ingreso. Fuentes de la Organizaci�n de las
Naciones Unidas dan a conocer que 54 pa�ses ahora son
notoriamente m�s pobres de lo que eran en 1990; el 80% de
la riqueza de todo el planeta est� controlada por el 20% de
la poblaci�n; en 1960 el 20% de la poblaci�n mundial que
viv�a en los pa�ses m�s ricos ten�a 30 veces el ingreso del
20% m�s pobre, y en 1999 esta relaci�n lleg� a ser 74 veces
superior. En medio de la crisis, el acuerdo de la ONU para
la llamada Cumbre del Milenio, que se propon�a erradicar la
pobreza y sus secuelas, fracas� estrepitosamente,
exhibiendo el car�cter hip�crita que siempre tuvo, dado que
quiso encubrir la conducta rapaz de las potencias
imperialistas.
Las diversas expresiones de la crisis del sistema
capitalista han profundizado las contradicciones que ya se
ven�an dando con anterioridad: la contradicci�n entre el
r�gimen capitalista todo y la clase trabajadora; la que se
da entre el imperialismo y los pueblos del mundo que luchan
por su liberaci�n, y las distintas contradicciones
interimperialistas, entre otras.
La pol�tica brutalmente agresiva del gobierno de George W.
Bush, que atropella el derecho internacional y que, a causa
de la demencial capacidad destructiva de su armamento, pone
a la humanidad ante el mayor peligro de la historia,
constituye la respuesta terrorista de los elementos m�s
reaccionarios y m�s imperialistas del capital financiero y
corporativo de Estados Unidos, a la crisis del capitalismo
en el mundo, y refleja la b�squeda desesperada de una
salida que les favorezca.
En busca de fortalecer su posici�n en el escenario mundial,
nutrir su econom�a en crisis, asegurar su abasto de
energ�ticos y fortalecer su pol�tica b�lica, el capital
financiero y corporativo yanqui y el gobierno que est� a su
servicio hacen cuanto est� a su alcance para fortalecer su
dominio econ�mico y pol�tico exclusivo sobre Am�rica Latina
y el Caribe. Lo anterior implica la apropiaci�n de nuestros
principales medios de producci�n y cambio; la apropiaci�n y
sobreexplotaci�n de nuestros recursos naturales ahora,
adem�s de los energ�ticos, que se mantienen en la primera
l�nea de su ambici�n, tambi�n el agua, el ox�geno y la
biodiversidad, entre otros; la sobreexplotaci�n asimismo de
nuestra fuerza de trabajo; la integraci�n de nuestras
econom�as a la de ellos, en calidad de subordinadas, y, en
lo pol�tico, el despojo a nuestros pueblos de su ejercicio
de la soberan�a y la autodeterminaci�n.
El imperialismo yanqui se sirve de diversos instrumentos
para subordinar y saquear a los pa�ses de Am�rica Latina y
el Caribe: a) organismos supranacionales que el
imperialismo controla, como la OMC, el Banco Mundial y el
Fondo Monetario Internacional, entre otros; b) los flujos
de inversi�n; c) el endeudamiento externo; d) los llamados
acuerdos de "libre comercio" en sus variantes continental,
subregional y bilateral; e) la farsa en que ha devenido la
llamada "democracia representativa" llena de mecanismos de
perversi�n mercantilista -, de la que emergen gobiernos
acotados, casi todos, sin posibilidad real de ejercer su
funci�n con independencia. Tambi�n usan otros mecanismos,
de corte intervencionista y militar, como el Plan Colombia,
el Plan Puebla Panam� y muchos m�s, adem�s de la
proliferaci�n de bases y ejercicios militares.
En el caso de M�xico, los diversos mecanismos empleados por
el imperialismo nos causaron, en los �ltimos veinticinco
a�os, un gran retroceso en las conquistas que la clase
trabajadora y otras capas populares hab�an logrado tras
luchas hist�ricas: p�rdida de soberan�a a la naci�n,
creciente dependencia econ�mica y pol�tica, desempleo,
reducci�n y aun cancelaci�n de derechos sociales y la
instauraci�n de una falsa "democracia" que, con ciertas
formalidades de competencia y alternancia entre partidos de
la burgues�a, genera la ilusi�n de que las cosas pueden
cambiar para as� enga�ar al pueblo y encubrir su sentido
real, que es el de una dictadura f�rrea del capital
financiero y corporativo internacional y los elementos que
le sirven.
En las condiciones se�aladas, la contradicci�n principal,
en nuestra regi�n y desde luego en M�xico-, sigue siendo,
hoy m�s que nunca, la contradicci�n entre el imperialismo
yanqui y los pueblos y las naciones de Am�rica Latina y el
Caribe, en su conjunto.
Por tanto, el papel de los partidos comunistas y obreros en
nuestra regi�n y desde luego en M�xico-, seg�n lo advierte
nuestro partido, sigue siendo el de acumular su propia
fuerza y, al mismo tiempo, acumular la fuerza del conjunto
de quienes se oponen al imperialismo. La de ser el motor
que impulse la lucha com�n contra el imperialismo es la
tarea esencial de nuestros partidos hoy. La de nutrir y
alentar la lucha por la segunda y definitiva independencia
de Nuestra Am�rica. En esta lucha, todos los agraviados por
el imperialismo son nuestros aliados naturales. Se trata de
una amplia diversidad de segmentos de la sociedad. Su misma
heterogeneidad los hace diversos en el actuar. Nuestra
tarea es la de contribuir a su unidad en la acci�n y a su
elevaci�n de conciencia.
Ahora bien, durante el a�o transcurrido desde el pasado
Encuentro Internacional de Partidos Comunistas y Obreros
celebrado aqu�, en Atenas, la correlaci�n de fuerzas en
Am�rica Latina ha mantenido la tendencia a modificarse a
favor de los pueblos y en contra de los intereses del
imperialismo, en medio de luchas dif�ciles, pero
alentadoras.
Este es tambi�n el caso de M�xico. Las fuerzas
antiimperialistas y populares se fortalecen y ganan
posiciones, aunque en nuestro pa�s este proceso es todav�a
incipiente.
El movimiento de masas antineoliberal y antiimperialista en
M�xico ha librado con �xito batallas significativas, pero
aun no se consolida como una fuerza firme ni permanente;
de hecho el proceso electoral que se avecina amenaza con
disminuir su cohesi�n, dispersarlo y paralizarlo, por lo
menos de manera temporal.
Los comunistas hemos dado pasos hacia la coordinaci�n de
nuestras acciones en un camino que apunta hacia la
unificaci�n.
Sin embargo, si hemos de ser sinceros, tenemos que
reconocer que en ambos aspectos, el del frente de masas y
el de la unidad de los comunistas, nos falta todav�a un
largo trecho por recorrer.
Estamos ciertos, no obstante, de que, a fin de cuentas, el
pueblo de M�xico como todos los pueblos de esta regi�n,
conquistar� nuestra segunda y definitiva independencia e
instaurar� una democracia del pueblo, ya no una falsa
democracia de la burgues�a. �sta ser� la antesala de una
sociedad socialista, sin explotadores ni explotados.
Los pueblos del mundo venceremos al imperialismo y con �l
destruiremos al r�gimen capitalista.