Lisbon Meeting 10-12 November 2006, Contribution by CP of
Bolivia [Sp.]
-------------------------------------------------
From: Portuguese Communist Party, Wednesday, November 22,
2006
mailto:domich2001@hotmail.com , mailto:marxmil@hotmail.com
==================================================
Intervenci�n del Partido Comunista de Bolivia
Sexta, 10 Novembro 2006
Frente a La Reacci�n, Unidad del Campo Popular y
Revolucionario
Con el ascenso de Evo Morales al poder ejecutivo el 22 de
enero pasado se ha producido en Bolivia, un significativo
cambio de gobierno y se ha abierto un per�odo caracterizado
como un proceso pol�tico de tipo avanzado, democr�tico y
popular con contenidos antiolig�rquicos y
antiimperialistas. Este proceso pol�tico se ha iniciado
con el ascenso al gobierno de una representaci�n pol�tica
con una oferta antineoliberal, sustentada por una amplia
base popular y una disposici�n de las masas populares que
protagonizaron el rechazo al antiguo modelo neoliberal y
capitalista, que se impuso en el pa�s con el Decreto
Supremo 21060. Este decreto no era, sino la traducci�n
boliviana del llamado Consenso de Washington, base
ideol�gica y concepci�n econ�mica del neoliberalismo.
En el curso de 20 a�os la confrontaci�n con una realidad
cada vez m�s adversa y cruel para la existencia de los
trabajadores, la p�rdida de sus derechos, la desocupaci�n y
la degradaci�n extrema de sus niveles de vida, de por s� ya
bajos, contribuy� a la toma de conciencia que se expres� en
acciones cada vez m�s decididas. Entre los hitos de esta
resistencia, cada vez mayor, se halla el estallido de la
denominada "guerra del agua", de Cochabamba, en abril del
2000. Fue la primera que logr�, en los hechos, expulsar a
una transnacional. Luego los movimientos de septiembre y
octubre del 2000; enero del 2002 y febrero del 2003. En
particular este �ltimo fue una confrontaci�n que sacudi� a
la sociedad boliviana tras un intento de gravar los
salarios que provoc� el estallido de la furia popular,
acompa�ada de un amotinamiento de los polic�as y finalmente
un enfrentamiento cruento.
La maduraci�n fue apreciada como una situaci�n
revolucionaria que, en efecto, se despliega en Octubre del
mismo a�o y que se plantea como cuesti�n central la
sustituci�n del gobierno de S�nchez de Lozada, identificado
como el verdadero mentor del modelo, como punto capital,
para la soluci�n de la crisis pol�tica. Las masas hab�an
puesto en el orden del d�a: la recuperaci�n del "gas para
los bolivianos", un refer�ndum que definiera la pol�tica
de hidrocarburos y la realizaci�n de una Asamblea
Constituyente (AC). Es en estas condiciones cuando se
produce el movimiento de masas que logra poner en fuga al
presidente neoliberal.
Pero el estado insurreccional de las masas en Octubre no
logra sustituir efectivamente a los representantes
pol�ticos del orden dependiente. Les sucede una especie de
neoliberalismo "light". Ratificando que son las acciones y
los movimientos de masas los verdaderos motores de los
cambios pol�ticos, en la experiencia de los �ltimos a�os,
el sistema pol�tico boliviano y ante todo el parlamento y
los partidos tradicionales estuvieron casi ausentes en la
soluci�n a las crisis pol�ticas. Tanto en octubre del 2003,
como en junio de 2005 el parlamento se limit� a sancionar
los traspasos en la presidencia. El desprestigio de los
partidos de derecha y conservadores, su falta de
credibilidad, su deterioro por la corrupci�n produjo su
aislamiento y hasta el franco repudio de las masas. Los
partidos de izquierda tampoco jugaron un papel determinante
en el desenlace de los acontecimientos y sufrieron una
aparente sustituci�n por los movimientos sociales.
Dadas las circunstancias antes examinadas, en las
elecciones de diciembre del 2005 result� ganador el
Movimiento al Socialismo (MAS) y su candidato presidencial
Evo Morales. Al lograr 53, 7% de los sufragios, obviamente,
la derecha sufri� la m�s humillante de sus derrotas, en los
�ltimos 50 a�os. Las luchas populares hab�an ido dando una
acumulaci�n de fuerzas y un permanente aumento de la
conciencia popular que exig�a cambios reales y poner fin al
neoliberalismo. Es decir, la raz�n esencial que moviliz� y
cautiv� el voto por Evo Morales fue de contenido social, en
el sentido que representaba el movimiento y la
confrontaci�n de las fuerzas y clases sociales populares en
el interior del pa�s y la posici�n por la soberan�a y la
dignidad nacional, que presupon�a una postura
antiimperialista.
Como se�ala el IX� Congreso Nacional del PCB realizado en
julio del presente a�o, a partir de su posesi�n el gobierno
de Evo Morales ha dado pasos que significan un importante
avance: el inicio de la recuperaci�n del derecho
propietario sobre los hidrocarburos; la suscripci�n de
importantes convenios con Venezuela para la
industrializaci�n del gas; la preparaci�n del reparto de
tierras fiscales y la liquidaci�n del latifundio
improductivo. Ha iniciado una amplia campa�a de
alfabetizaci�n e igualmente otra amplia campa�a de
extensi�n de la atenci�n m�dica a sectores hasta ahora
marginados de la misma. En ambos casos cabe destacar la
gran ayuda solidaria y fraternal de Cuba. Otros aspectos
que caracterizan al actual proceso se refieren a la
incorporaci�n del gobierno de Morales a acuerdos de
integraci�n econ�mica y social como el ALBA (Alternativa
bolivariana para las Am�ricas) y el TCP (Tratado de
comercio de los pueblos); aproximaci�n a tratados
econ�micos como el del MERCOSUR y el rechazo a los de libre
comercio impuesto que ir�an en detrimento de un desarrollo
soberano y beneficioso para el pa�s. Por �ltimo debe
se�alarse que se observan prop�sitos de una conducci�n
transparente, lo cual es loable, sobre todo por la
experiencia negativa que dejaron los gobiernos neoliberales
desde 1985.
Corresponde apreciar positivamente las medidas progresistas
pero, al mismo tiempo, indicar que �stas a�n no rebasan los
marcos de un programa progresista y democr�tico sin apuntar
a�n firmemente a superar la dependencia y sobre todo las
formas de manejo y desarrollo del pa�s en los marcos del
capitalismo. Se reafirm� la posici�n partidaria, de lucha y
l�nea comunista, para que el proceso boliviano adquiera un
car�cter m�s definido en el plano democr�tico, popular,
antiolig�rquico y antiimperialista que asegure, m�s
adelante, un per�odo de transici�n hacia formas superiores
de organizaci�n social, es decir que el RESCATE DE LA
PATRIA, TENGA RUMBO HACIA EL SOCIALISMO.
El IX� Congreso analiz� los peligros que acechan al
proceso, sobre todo por la escalada de acciones
desestabilizadoras de la reacci�n, particularmente de las
clases dominantes del Oriente y la creciente actividad de
grupos de inspiraci�n fascista. Se�al� la necesidad de
denunciar y explicar al pueblo, sobre todo al pueblo
oriental, para no dejarse ofuscar por sentimientos
regionalistas y hasta separatistas que hoy se esconden
detr�s de la m�scara del autonomismo. En ese sentido se
dijo que la acci�n del Partido, de los simpatizantes y
amigos de la izquierda real y la bancada del MAS, deber�n,
en el seno de la Asamblea Constituyente, actuar con
coherencia, con un profundo conocimiento de la realidad
nacional y sobre todo con la divisa de defender la UNIDAD
DE LA REP�BLICA, LA DEMOCRACIA Y EL DESARROLLO SOBERANO,
en el marco de la INTEGRACION Y LA SOLIDARIDAD
LATINOAMERICANAS.
Debe incidirse en la urgencia de concretar la m�s amplia y
democr�tica compactaci�n de las fuerzas pol�ticas de la
izquierda, de las organizaciones sindicales y sociales en
un ENTE POL�TICO AMPLIAMENTE ANTINEOLIBERAL. �ste deber�
desterrar los m�todos verticales y hegem�nicos de manejo
del Estado, de las instituciones p�blicas y de las propias
organizaciones sociales. Al mismo tiempo que lucha
consecuentemente por la unidad, el IX� Congreso acord� la
necesidad de desplegar una gran batalla ideol�gica y de
esclarecimiento pol�tico que trascienda sus filas para
movilizar a las masas populares y junto con ellas arribar a
nuevas metas de progreso social, de genuina democracia y de
soberan�a para la Patria.
Actualmente, Bolivia atraviesa una situaci�n pol�tica
sumamente compleja y delicada con grave peligro para la
continuidad del proceso democr�tico y progresista iniciado
en enero. Entre los factores que ocasionan esta situaci�n
resaltan los siguientes:
- Aprestos desestabilizadores digitados por el imperialismo
yanqui y ejecutados en el pa�s, sobre todo por la
oligarqu�a oriental y los partidos de la derecha
reaccionaria. Paros y bloqueos; reuniones de los prefectos
y comit�s c�vicos que controlan y desplantes a la
investidura del Presidente de la Rep�blica. Anuncios de
autoconvocar a una Asamblea Constituyente paralela e
incluso realizar un refer�ndum de inocultable
intencionalidad separatista.
- Huelga "c�vica" e intents de obligar a la poblaci�n de
cuatro departamentos a paralizar actividades, reapareci�n
de grupos de choque, escuadras de matones. En cumplimiento
de sus planes subversivos, promueven un estado de desorden
social y conmoci�n civil para arrastrar al pa�s a una
situaci�n ca�tica.
- Planes de la derecha reaccionaria para desembocar en una
guerra civil secesionista; organizaci�n y el rearme de
antiguas formaciones paramilitares. As�, en el oriente
boliviano han sido detectados elementos extranjeros
preparados para perpetrar actos criminales contra las filas
de la propia oposici�n separatista o realizar sabotajes en
instalaciones importantes y culpar de ello al oficialismo.
- Incremento de la presencia de tropas norteamericanas en
la base "Establecimiento operativo avanzado" en
Estigarribia, Paraguay. El imperialismo prepara mecanismos,
incluso diplom�ticos que, en determinado momento e
invocando la "Carta Democr�tica" de la OEA, propicien la
intervenci�n y la ocupaci�n territorio.
- Creaci�n de un ambiente de caos y de desgobierno
infiltrando a las organizaciones sociales y sindicales a
las cuales se incita a exigir la satisfacci�n de
reivindicaciones y aspiraciones dif�ciles de cumplir acude
a elementos provocadores que, utilizando un lenguaje
falazmente popular o de izquierda, logran confundir a
algunos sectores populares y los conducen a tomar medidas
absurdas.
- Por otra parte, fallas y errores del gobierno generan
des�nimo, pesimismo o alientan la frustraci�n del pueblo.
Hay vacilaciones, gruesas contradicciones y falta de
homogeneidad en el poder central, agravada por el desorden
del MAS. Se advierte la existencia de un entorno
presidencial que frena la aplicaci�n de las medidas por las
cuales el pueblo vot� mayoritariamente. No es un entorno
"blancoide-mestizo"; nada tiene que ver el color o las
diferencias nacional-�tnicas o culturales. Sino de disputa
pol�tica entre pseudorevolucionarios u oportunistas y
servidores de las transnacionales en contra de quienes
verdaderamente quieren desarrollar un programa de
liberaci�n nacional y social.
- Otras fallas se refieren a la incapacidad de gesti�n en
ministerios y reparticiones p�blicas que tiene origen en la
permanencia de funcionarios de los reg�menes neoliberales
pasados y la presencia de carreristas o prebendalistas de
reciente adscripci�n al MAS. Otra causa es la inadecuada
ubicaci�n de cuadros en funciones de direcci�n; hay
funcionarios hasta bien intencionados, pero cuya
preparaci�n no est� a la altura de las necesidades del
momento.
- Asimismo, la Asamblea Constituyente instalada desde
agosto pasado es otro importante escenario donde se libra
la pugna de intereses opuestos: del progreso y del
conservadurismo.
Se pretende entrabar la Constituyente bajo el pretexto
aritm�tico sobre el porcentaje de votaciones que solo
defiende la vieja institucionalidad neoliberal, en el
criterio de cerrar el paso a las tendencias progresistas y
de cambio estructural del pa�s. Claro est� que el discurso
de la "legalidad y la democracia" es un taparrabos de los
operadores del conservadurismo con piruetas c�vicas,
empresariales y prefecturales, para bloquear la viabilidad
del proceso de cambio estructural. El atrincheramiento
regionalista responde a la oposici�n a los reales alcances
que tendr� la nueva Constituci�n de cara a las
reivindicaciones de los trabajadores del campo y la
ciudad, en resguardo de la soberan�a efectiva sobre
nuestros recursos naturales y la autodeterminaci�n de
Bolivia.
Sin embargo, el proceso y el gobierno encabezado por el c.
Evo Morales es a�n muy nuevo, tiene apenas algo m�s de 9
meses; es posible rectificar los rumbos, mejorar la gesti�n
de gobierno, precisar los objetivos y depurar el aparato
del Estado de los elementos saboteadores y enemigos
encubiertos. El pueblo no ha perdido la lucidez necesaria
para rechazar los intentos de subvertir el pa�s, de
provocar enfrentamientos entre bolivianos de distintas
regiones y de poner en peligro la unidad nacional y la
democracia.
A partir de los antecedentes del curso del proceso
sociopol�tico boliviano, corresponde puntualizar que la
tendencia predominante se resume en los siguientes
aspectos:
En el plano econ�mico, los diagn�sticos m�s conservadores
coinciden en se�alar que la actual situaci�n no s�lo es
estable sino tiende a mejorar sostenidamente, y si bien no
ha concluido el plazo de las auditor�as establecido al
inicio de la Nacionalizaci�n de los Hidrocarburos, a las
empresas petroleras que operaban en el pa�s, se han
suscrito nuevos contratos con casi todas ellas. Ello
suponen un clima de seguridad jur�dica bajo el nuevo
r�gimen impositivo que reconoce a favor del Estado 32% m�s
de ingresos en los principales campos en explotaci�n, lo
cual importar� un sustancial excedente para encarar las
tareas del futuro estrat�gicamente.
En la miner�a, la crisis desencadenada por del sangriento
enfrentamiento entre trabajadores asalariados (obreros)
sindicalizados y cooperativistas en el poblado de Huanuni
(Oruro) a comienzos de octubre, luego de suscitar el cambio
del Ministro del �rea, ha impulsado la definici�n de una
pol�tica diferente no sin dificultades que pone el acento
en la refundaci�n de la Corporaci�n Minera de Bolivia
(COMIBOL). La incorporaci�n de m�s 3000 obreros a la
empresa significa de por s� un reto importante que debe
asumir la izquierda en el plano organizativo, ideol�gico y
pol�tico.
En materia social, tras superar diversos conflictos
sectoriales, a nivel del magisterio urbano, empresarios
transportistas, internos de penitenciar�as, y la presi�n de
entidades c�vico-empresariales regionales, se abren nuevas
perspectivas a trav�s del excedente a captar v�a la
suscripci�n de contratos con las transnacionales petroleras
al amparo del proceso de la nacionalizaci�n
hidrocarbur�fera.
El proceso denominado "revoluci�n democr�tica y cultural"
requerido de una conducci�n org�nica y estrat�gica, tiene
ante s� nuevos retos para avanzar sin concesiones en la
senda liberadora. En raz�n de todo lo expuesto, el Partido
Comunista llama al pueblo de Bolivia, a la clase obrera, a
los y las trabajadoras del campo y de la ciudad, a la
juventud y a la intelectualidad revolucionaria, a aunar
filas en torno a la defensa de la unidad nacional y la
democracia, de ah� se protecta nuestra consigna de: Frente
a la Reacci�n, Unidad del Campo Popular y Revolucionario