El Partido Comunista de México llama a los trabajadores mexicanos a oponerse a la guerra imperialista que tiene su inicio formal en el conflicto que se libra entre Rusia versus los EEUU y la Unión Europea en Ucrania, después de años de tensiones diplomáticas, económicas, comerciales, de maniobras y de la acumulación constante de “material explosivo”.
La operación militar especial, el ataque a objetivos ucranianos por parte de la Federación Rusa es inadmisible, pues el verdadero objetivo es asegurar los intereses de sus monopolios. De la misma manera que EEUU y la Unión Europea a través de la OTAN buscan asegurar los intereses y ganancias de sus monopolios. Y por más vestimentas que coloquen ambas partes en conflicto, por más que aludan a la “defensa de la democracia”, “soberanía”, “derechos humanos” o hasta combate al “fascismo”, lo único cierto es que es la lógica de la ganancia, de avanzar en la competencia capitalista y tener una mejor posición en el sistema imperialista lo que los mueve. El conflicto tiene fundamento en la aguda competencia que se da en el sistema imperialista entre el polo de los EEUU y la Unión Europea contra Rusia y China.
Así para justificarse se recurre a la mentira, la demagogia, la tergiversación histórica. Mientras Biden, corresponsable de los crímenes contra Yugoslavia, Libia y de la agresiva expansión de la OTAN, así como de una feroz política antiinmigrante, se presenta hipócritamente como el paladín mundial de la libertad, Putin deforma la historia al atacar a Lenin, al bolchevismo y a la construcción socialista en la URSS como si estuvieran en la base de estos problemas contemporáneos. Ambos anticomunistas no logran opacar que durante 70 años del socialismo y de la Unión Soviética los pueblos ruso y ucraniano, y de otras nacionalidades, convivieron en armonía, trabajaron por objetivos comunes, lucharon juntos contra el nazi-fascismo, progresaron socialmente, confrontaron el chauvinismo granruso del Zarismo; y es precisamente el derrocamiento del socialismo lo que lleva a este punto trágico de llevarlos al enfrentamiento.
También debe quedar claro que desde 1991, cuando la URSS dejó de participar, la ONU no es ya instrumento para dirimir conflictos, donde los pueblos oprimidos puedan tener una tribuna o contar con aliados para frenar agresiones, sino un instrumento que sirve a los intereses de un grupo de países imperialistas que justifica intervenciones contra los pueblos, o que como en este caso, se coloca del lado de los EEUU/UE en el actual conflicto. Por tanto no debe existir ninguna ilusión el papel que juegue la ONU, pues es tan inservible como fue la Sociedad de Naciones en los prolegómenos de la Segunda Guerra Mundial.
Teniendo claro pues el carácter imperialista del conflicto, el Partido Comunista de México insiste es que en ambos lados se defienden los intereses de sus propios monopolios y que estos son antagónicos a la clase obrera de todos los países. De ninguna manera la clase obrera, los pueblos deben colocarse detrás de intereses que no son propios, que le resultan antagónicos, que lo llevan a la barbarie, a la muerte.
Expresamos nuestra solidaridad a los obreros y a los pueblos de Rusia y Ucrania que sufren en estos momentos las consecuencias de la disputa interimperialista. Sus condiciones de vida serán agravadas, nuevos sacrificios están en curso como el desplazamiento forzoso, la hambruna y vivir bajo el constante terror. Condenamos la ilegalización de los comunistas en Ucrania por un gobierno reaccionario y partidario de la guerra, y también condenamos que en Rusia se criminalice a los que se oponen a la guerra imperialista.
Condenamos las sanciones anunciadas por Biden, y la determinación de los EEUU y la UE de avanzar a una confrontación militar generalizada.
Nos oponemos a cualquier participación de los trabajadores de México en esta guerra imperialista, y por tanto condenamos la posición del gobierno socialdemócrata de López Obrador que se coloca sin titubeos junto a los EEUU y la Unión Europea, y que declara a través del Canciller Ebrard que México y Biden son aliados principales en defensa de la ONU, es decir en defensa de todo lo que ampare y de sustento a uno de los polos imperialistas agresivos. Todo coqueteo del gobierno mexicano con la OTAN debe cesar, y de ninguna manera se debe participar ya en ejercicios conjuntos con ese instrumento agresivo del imperialismo o cualquier tipo de misión de la ONU. Llamamos a los trabajadores a rebelarse contra cualquier decisión del gobierno de Obrador de engancharse a esa guerra imperialista, a sabotear cualquier intento en esa dirección. Nadie a la guerra, ningún centavo a la guerra, ni una gota de petróleo para la guerra, ningún pedazo de territorio para la guerra. Nuestra lucha contra el imperialismo y la guerra imperialista empieza en la lucha contra los monopolios mexicanos, contra el gobierno mexicano que es su portavoz y a su alianza firme con los EEUU con el T-MEC. Además el Gobierno de López Obrador actúa en defensa de los intereses de los monopolios mexicanos con inversiones en Ucrania, como Bimbo (principal monopolio de la industria panificadora en México y en España) o Gruma.
Llamamos a la juventud mexicana a rehusar cualquier intento del gobierno mexicano para involucrarse en la guerra. Llamamos al sindicalismo a estar atento a cualquier intento de coartar los derechos laborales, como el derecho a huelga en las llamadas empresas estratégicas o que involucren la “seguridad nacional”.
Como parte del movimiento comunista internacional llamamos a mantener la bandera roja del internacionalismo proletario en alto, desarrollando la lucha de clases de manera independiente de los intereses de los países imperialistas en conflicto. No es fácil, la historia nos da lecciones del papel nefasto del oportunismo, por ejemplo durante la Primera Guerra Mundial.
¡Abajo la guerra imperialista!
¡Abajo la burguesía mexicana!
¡Proletarios de todos los países, uníos!
El Buró Político del Comité Centra