INTERVENCIÓN DEL PARTIDO COMUNISTA DE ESPAÑA EN EL
15º ENCUENTRO INTERNACIONAL DE PARTIDOS COMUNISTAS Y OBREROS
Queridas camaradas, queridos camaradas:
Desde el Partido Comunista de España, queremos, en primer lugar, felicitar al Partido Comunista Portugués como anfitrión del 15º Encuentro Internacional de Partidos Comunistas y Obreros, por los logros en su organización, y su voluntad y empeño en el avance y desarrollo del proceso de los Encuentros.
Queremos agradecer las muestras de cariño transmitidas al PCE por el fallecimiento de nuestro camarada Pepe Cabo; el recuerdo de su trabajo nos sigue impulsando a la hora de poner el máximo tesón en el crecimiento del proceso de los Encuentros.
Ha sido un acierto hacer coincidir este Encuentro con el Centenario del nacimiento de Álvaro Cunhal, referencia indiscutible para el Movimiento Comunista Internacional. También conmemoramos en estos días el 96 aniversario de la Revolución Socialista de Octubre. Recordar y honrar nuestras raíces, de los partidos comunistas y obreros, es fundamental para no olvidar las lecciones aprendidas por los pueblos, muchas veces con mucho dolor, en el último siglo.
El próximo fin de semana, el PCE celebra su XIX Congreso, como resultado de un proceso constructivo, participativo y amplio de debate, desde las organizaciones de base hasta el propio congreso, de los documentos políticos y organizativos.
Nuestro Congreso representa, en el marco de la vida política española, una realidad indiscutible: que, lejos de haber logrado enterrar a los comunistas, el régimen social y político español ha de enfrentarse hoy a la formación de un amplio bloque social alternativo, que pone en cuestión las propias bases económicas, políticas e ideológicas de este régimen en nuestro país, y su vinculación con el gran capital europeo. El PCE tiene la vocación de ser un factor para la construcción de este cambio, al servicio de la mayoría social en España.
El Partido Comunista rechaza, con toda rotundidad, la salida antisocial a la crisis que está en marcha en Europa. Expresamos, por tanto, nuestra posición radicalmente contraria al ajuste estructural en Portugal, España, Italia, Grecia, Chipre, Irlanda, y en tantos otros países con distintas formas. Derrotar, decisivamente, esta salida antisocial es una condición fundamental para el desarrollo de una alternativa anticapitalista no sólo para nuestros países, sino para todo el continente.
Como primeros pasos para plantear la respuesta en nuestro país frente al “Consenso de Bruselas”, traslación a Europa del “Consenso de Washington” suscrito entre socialdemócratas, conservadores y liberales y consagrado en el Tratado de Maastricht, entendemos indispensable plantear las siguientes medidas urgentes:
1. La realización de una auditoría de la deuda por medio de la habilitación de mecanismos activos de participación social.
2. Rechazar el pago de la deuda ilegítima, entendida como el déficit no generado para la financiación de los servicios públicos y de las políticas de protección social.
3. Sobre esta decisión soberana de impago de la deuda ilegítima, iniciar un proceso de renegociación de la deuda pendiente, sobre la base del rechazo al Pacto de Austeridad europeo, con el objetivo de evitar que el pago de la deuda suponga un agravamiento de las condiciones de vida y de trabajo de los sectores populares y de las personas trabajadoras.
4. Oposición a la intervención de nuestro país por parte de los poderes económicos europeos y rechazo a cualquier “memorándum”.
5. Impulsar la creación de un bloque regional de países deudores que genere un espacio unitario de fuerza frente a los acreedores financieros.
Éste es sólo el principio de otra política, un proceso de construcción de otra sociedad, proceso que para nosotros tiene tres fases:
- A corto plazo, la acumulación progresiva de fuerzas a partir de las luchas contra los programas de ajuste y los recortes sociales por medio de una salida social a la crisis que resuelva las demandas más acuciantes de la clase trabajadora.
- A medio plazo, consolidar un proceso de transformaciones políticas y económicas dirigidas a la construcción de una democracia económica, política y social, en torno a un proceso constituyente hacia la Tercera República.
- Y a largo plazo la superación del Estado burgués, el logro del socialismo y el comunismo.
No estamos solos en este empeño. Cuando nos asomamos a la otra orilla del Océano Atlántico, vemos el avance de los pueblos de América Latina, la afirmación de sus derechos, la configuración de procesos radicalmente distintos a los patrocinados por el poder imperial, construyendo alternativas al neoliberalismo y de afirmación de la soberanía popular. La solidaridad internacional, por tanto, es un factor esencial en la defensa de toda la humanidad.
Así, la política internacional del PCE sigue pasando a través de las siguientes líneas fundamentales:
- El PCE, en su apuesta por la paz, intensifica su movilización contra la OTAN, las bases militares norteamericanas, el escudo antimisiles, y las injerencias y agresiones imperialistas contra los pueblos de Oriente Medio, en especial contra Libia y Siria, y que se están preparando contra otros países del planeta.
- El PCE considera el apoyo a la Revolución Cubana como el elemento central de su política de solidaridad internacional.
- El PCE seguirá apoyando la lucha del pueblo saharaui y de su legítimo representante, el Frente POLISARIO, por el reconocimiento pleno y universal de la República Árabe Saharaui Democrática.
- El PCE continuará exigiendo y luchando por el derecho del pueblo palestino a su propio Estado.
Partiendo del hecho obvio de que nunca hay dos procesos iguales, y que la construcción de la perspectiva socialista es una labor creadora, nosotros sí creemos en un proceso de integración, no de los capitales, sino de los pueblos de todo nuestro continente: frente al ALCA europeo, representado por la actual Unión Europea, nosotros apostamos por el ALBA de Europa.
En otro orden de cosas, tal y como hemos repetido en los dos encuentros anteriores, el PCE considera que la lucha contra el capitalismo debe ir aparejada a la lucha contra el patriarcado; la plena igualdad no se consigue si no se entra también en la lucha por nuevos valores, por la igualdad real en el ámbito de lo privado. Tal y como dijimos, el socialismo y la revolución han de tener también rostro de mujer.
En lo que respecta al propio proceso de los Encuentros, iniciado hace ya 15 años, consideramos que, a pesar de que los retos que aún tenemos que afrontar siguen siendo importantes, también son grandes los éxitos ya conseguidos, y también es amplia la experiencia colectiva acumulada. En ese mismo espíritu, creemos que será posible avanzar hacia la adopción de una declaración final, que responda a las cuestiones, cruciales y urgentes, que se plantean en el tema de este 15º Encuentro.
El PCE seguirá apostando por su participación en foros unitarios (regionales o mundiales), de las fuerzas progresistas, antiimperialistas o antineoliberales. El PCE sigue considerando que ello no es contradictorio, sino complementario con la existencia de un foro para la reflexión, coordinación y construcción de la alternativa comunista. Para ello, creemos que es necesario seguir fortaleciendo el papel del Encuentro de Partidos Comunistas y Obreros, tal y como se refleja en los documentos presentados para su debate y adopción en nuestro XIX Congreso.
La unidad de los comunistas siempre es extremadamente importante: hoy, es vital, para que las luchas de los pueblos por sus derechos más básicos, contra el capital, por el derecho a su futuro, no sean aplastadas en el talón de hierro del poder imperialista. La unidad, que no uniformidad, no es un derecho de cada uno de nosotros, es una responsabilidad.
El XIX Congreso del PCE reafirma su creencia en la necesidad de la existencia del movimiento comunista internacional, desde el máximo respeto mutuo a la independencia y análisis de cada Partido Comunista en su ámbito de actuación y en el papel vital de los partidos comunistas como instrumento al servicio de la clase obrera mundial.
Queremos terminar esta intervención recordando algo que es importante no dejar de lado. Hemos ganado en estos años importantes debates internos frente a los intentos de disolver el Partido. Frente a los que hace tan sólo dos décadas nos daban por finiquitados, seguimos demostrando que somos necesarios y por eso resistimos y avanzamos. Hoy, el comunismo sigue siendo una esperanza y la juventud del mundo.
Lisboa, 8 de noviembre de 2013