http://www.pcdob.org.br , mailto:internacional@pcdob.org.br

10th International Meeting of Communist and Workers’ Parties

Motion in Solidarity to the Colombian People

The parties congregated in São Paulo, Brazil, in the 10th International Meeting of Communist and Labor Parties declare its solidarity to the Colombian people and its firm adhesion to the peace flag and the negotiated political solutions for the armed conflict that has for decades devastated this country. Express it´s support to the humanitarian exchange to liberate the people that is in the power of the insurgency and of the political prisoners.

The 10th Meeting declares its deep repudiation to the right wing government of Alvaro Uribe. The Uribe´s attitude towards the conflict that lasts more than four decades is, on one hand, the absolute refuse to dialogue and to negotiate and, in the other hand, a frustrate attempt to decide it in any way and at any cost by the military way. Under the pretext of the antiterrorist war it has promoted the attempt of physical elimination of the rebellious forces and at the same time neutralization and intimidation of the other popular and democratic Colombian forces. The opposition and several of its deputies, journalists and activists, is under judicial oppression. It is very serious the massive violation of Human Rights, with cases of torture, threats, forced disappearances and executions that paramilitary commanders make appear as enemies killed in combat. Four hundred seventy-four trade unionist have been killed during nearly seven years of the Uribe´s government.

In the rural area, the conflict provoked hundreds of thousands of displacements, sending people to the peripheries of the great cities and to the exile in the exterior. The workers are those who suffer more with this politics of repression, internationally condemned in the cases of the Indigenous National Minga and the strike of the cane sugar workers, whose derived effects intensify the unemployment, high prices and the working precariousness.

The “hard line” politics of the Colombian ultra-right-wing taken in the last six years – materialized in the Colombia and Patriota Plans, sponsored and financed by the Clinton and Bush governments - instead of resolving the conflict by the military way, prolonged the plan to justify the growing military intervention of the US in Latin America and integrate, unconstitutionally, the whole society in the internal war and try to extend it to the border line countries. We stress here the great isolation of Uribe and his mentor, Bush, with the repudiation of our peoples against the politics of preventive war in Latin America.

More than ever it is necessary to support the Colombian people struggle for national and social liberation and for democratic peace that rally broad sectors of the Colombian society. The 10th International Meeting express it´s support to the letters exchanged between the Colombian intellectuals and other personalities with FARC, as a way of open communication in favor of the peace. The negotiated political solutions demands the commitment, following and facilitation of the democratic forces and friend governments in the continent and in the world to open ways for the necessary peace, the self-determination, the progress and democratic and social deep changes.

Sao Paulo, 23th November, 2008.

Moción de Solidaridad con el Pueblo Colombiano

Los partidos reunidos en São Paulo, Brasil, en el 10º Encuentro Internacional de Partidos Comunistas y Obreros declaran su solidaridad con el pueblo colombiano en su firme adhesión a la bandera de la paz y la solución política, a través del diálogo, la negociación y los acuerdos, para superar el conflicto armado que hace décadas asola ese país. Manifiestan su respaldo al intercambio humanitario para la liberación de las personas en poder de la insurgencia y de los presos políticos.

El 10º Encuentro declara su profundo repudio al gobierno derechista de Álvaro Uribe. La actitud del gobierno colombiano ante un conflicto que dura más de cuatro décadas es, por un lado, el absoluto rechazo al dialogo y a la negociación y, por otro, una tentativa frustrada de resolverlo de cualquier manera y a cualquier costo por la vía militar. Con el pretexto de la guerra antiterrorista, no solo intenta la eliminación física de las fuerzas insurgentes sino también neutralizar e intimidar las demás fuerzas populares y democráticas colombianas. La oposición es judicializada, en varios de sus Parlamentarios, periodistas y activistas. Es muy grave la violación en masa de los Derechos Humanos, en los casos de tortura, amenaza, desaparición forzada y ejecuciones extrajudiciales que mandos militares hacen aparecer como enemigos caídos en combate. Cuatrocientos setenta y cuatro sindicalistas has sido asesinados en los casi siete años de gobierno de Uribe.

En el campo, el conflicto ha provocado tres millones y medio de refugiados en las periferias de las grandes ciudades y exiliados en el exterior. Son los trabajadores los que más sufren con esa política de represión, condenada internacionalmente en los casos de la Minga Nacional Indígena y el paro de los corteros de caña de azúcar, cuyos efectos derivados intensifican el desempleo, la carestía y la precarización obrera.

La política de “línea dura” de la ultraderecha colombiana llevada a cabo en los últimos seis años – materializada en el Plan Colombia y sus diversas variantes, patrocinados y financiados por los gobiernos Clinton y Bush – en vez de resolver el conflicto por la vía militar, lo prolongó para justificar el creciente intervencionismo militar de los Estados Unido en América Latina, integrar, inconstitucionalmente, el conjunto de la sociedad a la guerra interior e intentar extenderla a los países limítrofes. Destacase aquí el gran aislamiento de Uribe y de su mentor, Bush, con el repudio de nuestros pueblos a la política de guerras preventivas en la América Latina.

Más que nunca, es preciso apoyar la lucha del pueblo colombiano por su liberación nacional y social, y por la paz democrática, que anhelan amplios sectores de la sociedad colombiana. El 10 Encuentro expresa su apoyo al intercambio epistolar de los intelectuales y personalidades de Colombia con las Farc como una forma de comunicación abierta y franca a favor de la paz. La solución política negociada exige el compromiso, acompañamiento y facilitación de las fuerzas democráticas y los gobiernos amigos del continente y el mundo para abrir caminos a la paz necesaria, la autodeterminación, el progreso y los cambios democráticos y sociales profundos.

São Paulo, Brasil, 23 de noviembre de 2008.