22nd IMCWP, Contribution by Communist Party of Mexico

10/29/22 2:17 PM
  • Mexico, Communist Party of Mexico 22nd IMCWP Es Central America Communist and workers' parties

Contribución del Partido Comunista de México al XXII Encuentro Internacional de Partidos Comunistas y Obreros, reunido en La Habana en Octubre del 2022.

 

Camaradas: 

Expresamos el saludo fraternal del Comité Central del Partido Comunista de México a los partidos comunistas y obreros reunidos en éste XXII EIPCO. Agradecemos al Comité Central del Partido Comunista de Cuba por los esfuerzos para el desarrollo de esta cita en La Habana, por tercera vez en América Latina después de los EIPCO en Sao Paulo en 2008 y en Guayaquil en 2014. 

Este espacio, el EIPCO, por casi un cuarto de siglo, surgido bajo la iniciativa del Partido Comunista de Grecia, es una conquista colectiva, para el intercambio de informaciones y opiniones y acordar acciones convergentes, y en él también se manifiestan divergencias que tienen base ideológica, pues queda claro que aún no se dan pasos para la superación de la crisis del movimiento comunista internacional, hasta en tanto no se afronten con franqueza y con base en la teoría marxista-leninista los asuntos cruciales, como las causas del derrocamiento contrarrevolucionario en la URSS y el campo socialistas, las lecciones de la construcción socialista y sus características irrenunciables, y los desarrollos del capitalismo contemporáneo, es decir el sistema imperialista, así como la cuestión de la estrategia revolucionaria para la toma del poder por parte de la clase obrera.

Nuestra palabra y acción que emanan de los principios del marxismo-leninismo y del internacionalismo proletario nos llevan a que nuestro primer posicionamiento en este EIPCO sea ratificar la solidaridad con la Revolución Cubana y sus conquistas socialistas. El criminal bloqueo de EEUU y la UE, así como la acción contrarrevolucionaria montada en Julio del año pasado, colocan para los partidos comunistas, como una tarea permanente la solidaridad con el proceso revolucionario cubano, algo en lo que el PCM está y estará comprometido. 

También queremos expresar nuestra contundente solidaridad los partidos comunistas y obreros que enfrentan la persecución, la criminalización, como es el caso de los comunistas en Kazajstán, pero también en la Unión Europea, donde bajo la absurda teoría en la que convergen ideólogos del capital, fuerzas reaccionarias, eurocomunistas y trotskistas, se equipara fascismo y comunismo que lleva a la ilegalidad a PC o que son sometidos a presiones para cambiar de nombre o símbolos. Pero también en América Latina ocurre la persecución anticomunista, es el caso de los ataques, hostigamiento, amenazas, asesinatos no esclarecidos de militantes, del gobierno de Venezuela contra el glorioso Partido Comunista de Venezuela. Las amenazas del régimen de Maduro-Cabello, las calumnias, las difamaciones, la negra campaña mediática del gobierno, contra PCV son inadmisibles. Expresamos también nuestra condena a la intervención en la vida interna de cualquier partido revolucionario. Expresamos nuestra solidaridad al PCV, y como le hemos hecho desde 1999 la solidaridad con el derecho del pueblo venezolano a elegir su propio camino, sin la injerencia del imperialismo, ahora bien, ello no significa ningún cheque en blanco al gobierno venezolano. 

Nos solidarizamos con los pueblos de Palestina y Haití. 

Condenamos las tendencias de la OTAN para la guerra con la doctrina militar aprobada en su cumbre de Madrid, así como el militarismo y el aumento de los presupuestos en ese rubro de los países del capitalismo. Por cierto que vergüenza que supuestos comunistas participen de una coalición con la socialdemocracia y otras fuerzas burguesas en España apoyando activamente la guerra imperialista. Igualmente condenamos la intervención de la Organización para el Tratado de Seguridad Colectiva para aplastar la rebelión obrera en Enero en Kazjstán.

 

La lucha de clases se agudiza y ello se expresa en la feroz disputa entre los países imperialistas. 

Los comunistas tenemos claro que no hay desarrollo pacífico del capitalismo en su fase imperialista, pues imparablemente se dan antagonismos entre los monopolios y los Estados capitalistas, los que tienen base en la competencia por mercados, mano de obra, territorios, recursos naturales y energéticos, rutas para las mercancías. Así hoy esa competencia tiene un escenario en la cerrada batalla entre EEUU y China, por ocupar la primera posición dentro del sistema imperialista, que se expresa en tensiones diplomáticas, comerciales, en sanciones, en planes y acuerdos interestatales y en crecientes exportaciones de capitales, pero también en la acumulación explosivo y preparativos militares. Ambos países capitalistas lideran a su vez alianzas de países capitalistas resueltos a defender los intereses de sus monopolios. En nuestro análisis, si un grupo de países capitalistas se dice defensor de los derechos humanos, la democracia y la libertad, y otro de la multipolaridad y una nueva gobernanza, es indistinto pues la esencia de la cuestión es el carácter de clase de uno y otro bloque, y en ello la conclusión es inequívoca, ambos grupos de países capitalistas defienden la continuidad del capitalismo, de la explotación, y en modo absoluto hay un enfrentamiento entre dos sistemas de la vida social, pues exactamente lo que hay es qué dentro del mismo sistema imperialista y buscando preservarlo existe una lucha abierta de un grupo de países capitalistas contra otro buscando desplazarlo en el liderazgo. 

Y esas tensiones han conducido al estallido de una guerra imperialista, que tiene un primer escalón en la inadmisible intervención rusa en Ucrania. Esta guerra imperialista amenaza con extenderse, con generalizarse, y no hay un lado justo en ambas partes del conflicto, por lo que el Partido Comunista de México considera vigente aquella tesis de Lenin de que no hay que colocarse bajo bandera ajena, y combatir a ambos polos del sistema imperialista, y persistir en el camino independiente de la lucha de clases para no ser instrumentalizados por uno u otro grupo de países capitalistas. Es por ello que con otros 43 partidos comunistas hermanos y 30 juventudes comunistas hemos fijado una posición básica común en torno al inicio de una guerra que solo puede caracterizarse como imperialista: “El interés de la clase obrera y las capas populares requieren que los comunistas fortalezcamos el criterio de clase para analizar los acontecimientos, para trazar el curso de nuestro propio camino independiente en contra de los monopolios y las clases burguesas, por el derrocamiento del capitalismo, por el fortalecimiento de la lucha de clases en contra de la guerra imperialista, por el socialismo, que permanece tan vigente y necesario como siempre”, se dice con claridad en la Declaración común. 

En la dinámica de esta guerra imperialista el costo inicial es para la clase obrera y pueblos de Rusia y Ucrania, pero las consecuencias negativas se extienden internacionalmente a la clase obrera con el aumento de los costos de electricidad, gas, alimentos y productos necesarios para la vida de la clase obrera y sus familias. Jornadas de insumisión están desarrollándose en Europa y Asia, con los proletarios de Francia, Inglaterra, Grecia, Italia, resistiendo al ataque del capital y a las secuelas de la guerra imperialista 

Nuevamente los mecanismos como la ONU demuestran su fracaso e inutilidad, en primer lugar porque la correlación de fuerzas sobre la que se fundó no existe más y hoy es solamente instrumento de uno de los polos del imperialismo, como lo demuestran las distintas resoluciones del Consejo de Seguridad no solo hoy, sino en los últimos 30 años 

La barbarie de la guerra y del imperialismo son siempre una amenaza para la clase obrera de todos los países, la expresión más nítida de los limites históricos del capitalismo, y expresión de la urgencia de los procesos revolucionarios que derroquen el caduco modo de producción, último donde habrá clases dominantes y explotadoras, para abrir paso al socialismo-comunismo. 

Reiteramos que el nuevo modo de producción, según la experiencia de la construcción socialista en la URSS en el Siglo XX tiene elementos irrenunciables, como el poder obrero, la socialización de los medios de la producción, la planificación científica de la economía y el combate constante a las relaciones mercantiles para que predominen y se impongan las relaciones socialistas, así pues para los comunistas es un deber refutar la teoría oportunista del socialismo de mercado.

 

El progresismo no es alternativa al capitalismo, es otra forma de gestionarlo 

Hace ya casi un cuarto de siglo, en 1999, en Venezuela se inauguró lo que se conoce como procesos progresistas que han sido gobierno ya en buena parte de los países de América Latina,y después de un breve retroceso frente a fuerzas reaccionarias, vuelve cobrando impulso lo que se denomina nuevo ciclo progresista. Con tal plazo de tiempo es ineludible obtener ya conclusiones, sobre su caracterización de clase, sobre su curso. En nuestra opinión la expectativa inicial sobre caminos de ruptura con el capitalismo queda sepultada por los hechos, por una cuestión de fondo: la estrategia antineoliberal no es una estrategia anticapitalista, y por tanto se reduce todo a formas de gestionar el capitalismo, que es lo que está en la base de los problemas sociales y la infelicidad de las clases explotadas. Discutir si una forma de gestionar al capitalismo es mejor que otra, es un callejón sin salida para los partidos comunistas y fuerzas revolucionarias. Es demagogia llamar a esas gestiones del capitalismo, “socialismo del siglo XXI” o “poscapitalismo”, y más cercano a la verdad cuando de denominan “capitalismo andino”, “capitalismo democrático”. En cuanto a nosotros, se confirma aquella lección de la experiencia del movimiento comunista internacional que no hay terceros caminos entre capitalismo y socialismo, y que la única disyuntiva histórica es entre capitalismo y socialismo. 

El progresismo demostró ser una nueva forma de control de la dominación de clase de los explotadores, por sus mecanismos de contención y desmovilización, por su demagogia populista, por el retoque a la fachada siniestra de la dictadura de clase de la burguesía. 

Pero veamos en concreto un gobierno progresista, el que llegó al gobierno en México desde 2018 y su obra durante cuatro años: 

- No se revirtió ninguna de las privatizaciones de las 1100 empresas del sector pública, más aún los principales beneficiarios de ellas, Carlos Slim (Carso-America Mobil) y Ricardo Salinas (TV-Azteca Electra) son beneficiarios de contratos, concesiones y designados por Obrador como ejemplo de empresarios. 

-El TLCAN-NAFTA no fue cancelado, sino ratificado, ahora como T-MEC, que en su versión 2.0 como se le denomina cierra los huecos que permitían el dumping comercial a China a petición de la industria automotriz norteamericana. El T-MEC o USMCA como área comercial de América del Norte, entre los EEUU, Canadá y México, es una alianza económica para la competencia con los capitales chinos, o a decir de Obrador:“La integración económica, con respeto a nuestras soberanías, es el mejor instrumento para hacer frente a la competencia derivada del crecimiento de otras regiones del mundo, en particular, la expansión productiva y comercial de China. No olvidemos que mientras Canadá, Estados Unidos y México representamos el 13 por ciento del mercado mundial; China domina el 14.4 por ciento. Y este desnivel viene de hace apenas 30 años, pues en 1990, la participación de China era de 1.7 por ciento y la de América del Norte del 16 por ciento. 

De mantenerse la tendencia de la última década, en otros 30 años, para el 2051, China tendría el dominio del 42 por ciento del mercado mundial y nosotros, Estados Unidos, México y Canadá nos quedaríamos con el 12 por ciento; lo cual, además de ser una desproporción inaceptable en el terreno económico, mantendría viva la tentación de apostar a resolver esta disparidad con el uso de la fuerza, lo cual nos pondría en peligro a todos. Por eso, lo mejor, lo más conveniente, es fortalecer nuestras economías, fortalecernos comercialmente en América del Norte y en todo el continente[1]

- Se aplica la política antiinmigrante acordada con Trump-Pompeo y Biden-Harris, con el que la Guardia Nacional creada por Obrador se convierte en extensión de la Border Patrol de los EEUU, aumentando como nunca la detención de migrantes en el territorio mexicano, con un promedio de 985 detenciones por día. 

-Se desarrolla una política antiobrera al aceptar bajos las cláusulas del T-MEC de la intromisión del Departamento de Estado de EEUU con los 130 millones de USD anunciados por Kamala Harris para la compra y control del movimiento sindical y laboral de México. Además durante el Gobierno de Obrador la tasa de explotación se intensificó, así como la apropiación privada de la riqueza socialmente producida, dando lugar a que el 10% de la población concentre el 72 % de la riqueza en tanto que la pauperización y desempleo aumentan y el 60% de la población sigue en pobreza extrema. Durante la pandemia hubo millonarios rescates para los monopolios pero para la clase obrera nada, pues se consideró prioritario el funcionamiento del conjunto de la maquina capitalista. 

- Está en curso el ataque a los pueblos originarios con el despojo de tierras y territorios, con la destrucción de inmensos recursos naturales en el sureste, de flora, fauna y mantos acuíferos en pro de megaproyectos de los monopolios. 

-También prosigue el ataque a la juventud trabajadora desvalorizando su fuerza de trabajo, precarizando sus condiciones laborales, entregando su mano de obra gratuitamente a monopolios y asumiendo sus becas-salarios con los presupuestos sociales. 

-Continúa el ataque contra la educación pública al seguir la ofensiva contra las escuelas normales rurales y el ataque asesino contra la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México. 

-Se otorgó impunidad al Ejército así como a los gobernantes anteriores, a pesar de crímenes de lesa humanidad.Continuando a los gobiernos neoliberales, el progresismo o socialdemocracia impuso hace unos días la militarización del país, un profundo retroceso, al tiempo que se desenvuelve el espionaje y persecución contra las organizaciones clasistas y populares que no se han desmovilizado, que no han sido desactivadas, que se fomentan los grupos paramilitares contrainsurgentes.

 

Bajo ese resumen que podría ampliarse llegamos a la conclusión que el progresismo de obrador  es antiobrero y antipopular. ¿Pero acaso dista la realidad de lo que pasa en Perú, en Chile, en Argentina, etc etc?

 

Necesidad y urgencia del socialismo-comunismo 

La crisis económica de sobreacumulación, la barbarie y decadencia de la sociedad capitalista, la destrucción de la naturaleza, la guerra imperialista, ponen bien en claro los límites del capitalismo y la necesidad de su derrocamiento. 

Los programas que se proponen una etapa intermedia en el camino al socialismo, abogan por el embellecimiento del capitalismo, cuando hay que concentrar fuerzas en dirección de procesos revolucionarios para que la clase obrera tome el poder. 

La amistad y fraternidad de las naciones, como ya lo demostró la existencia de la URSS hace un siglo, el poder obrero, la planificación, la socialización ponen fin a los grandes problemas de la humanidad, a la infelicidad, y abren paso a que una clase moderna, revolucionaria y no explotadora contribuya al fin de la explotación, a la revolucionarización de las fuerzas productivas para satisfacer las necesidades sociales y a la creación de las bases objetivas para la emancipación de la mujer, la armonía con la naturaleza y el fin de la explotación. Por eso el PCM junto a la clase obrera, la juventud trabajadora, los migrantes, los pueblos originarios, los campesinos pobres lucha por la única meta tangible y realista, el socialismo-comunismo.

 

¡Abajo la guerra imperialista, abajo el mundo podrido del capitalismo!

¡Viva el marxismo-leninismo y el internacionalismo proletario!

[1] López Obrador, Andrés Manuel; Discurso en la IX Cumbre de Líderes de América del Norte